Una mujer que vive en el barrio Eva Perón denunció que un importante número de efectivos policiales ingresaron a su casa el pasado jueves a la madrugada y los agredieron físicamente a ella y su marido frente a sus hijas, además de matar a balazos a su perro y sustraerle $15.000 que poseía.

La mujer, Fernanda Mazucchelli, dijo en diálogo con El Esquiú.com que la denuncia por “vejaciones y hurto” fue radicada en la Unidad Judicial N°7, en una causa que investiga la fiscal Antonella Kranevitter.

En este sentido, contó: “Estaba con mi nena de un año en mi habitación y cerca de la 1 de la mañana siento tres disparos. Agarro a la bebé y quiero salir de la habitación, cuando me encuentro con efectivos de grupos especiales adentro de mi casa. Eran más de diez, la puerta estaba abierta y entraron callados la boca. Cuando salgo a ver, me doy con que habían matado a mi perro a balazos”.

En la continuidad de su relato, la madre  dijo: “Yo no entendía qué pasaba, nunca me explicaron por qué estaban ahí. Me quitaron la bebé de los brazos, me esposaron y me tiraron cerca de la puerta del baño y a mi esposo lo tiraron al piso. Él estaba adentro del baño y mi nena de 11 años gritaba y lloraba. A todo esto, me pusieron a la bebé al lado, que seguía llorando, pero no la podía tocar”.

Sobre ese punto, la mujer de 31 años se quejó porque del operativo no tomó parte persona femenino, por lo que su hija más chica estaba en el suelo, su otra hija en el piso de arriba, sin que le permitan retirarse y todo se dio frente a las menores.
Siguiendo con el relato de lo sucedido, aseguró: “Cuando uno de los efectivos salía del baño, me dio una patada en la cabeza. Luego me tuvieron que hacer tres puntos en el Hospital San Juan Bautista y perdí mucha sangre.

”Mi suegra gritaba reclamando porque le habían matado al perro y le apuntaban con un arma todo el tiempo, ella tiene 65 años”.
Fernanda manifestó que luego supo que, presuntamente, su marido había sido denunciado por amenazas y los policías buscaban un arma en el domicilio, la cual no encontraron.

A su vez, dijo que en determinado momento fue llevada a la habitación y vio cuando los policías encontraron el dinero. “Era plata que tenía guardada para la comida de mis hijas. Como estaba esposada, les pedí que me la pongan en el bolsillo pero no me hicieron caso. Quedó arriba de una mesa de luz y cuando terminó todo, los $15.000 habían desaparecido.
”Nos pegaron, nos retuvieron, pero en ningún momento nosotros opusimos resistencia. Les pedía por favor que me suelten porque mi bebé estaba al lado mío desconsolada llorando”.

La mujer lamentó: “Todo esto pasó frente de mis hijas, que quedaron con mucho daño psicológico. La más grande de noche no duerme, solo llora y se pone a temblar porque tiene miedo. Además, no puede ser que nos hayan matado así a Alemás (el perro de la familia), al que después envolvieron en una sábana y se lo llevaron para no dejar rastros. Era un perro mansito, criado para los chicos, que era muy querido por todo el barrio”.

Finalmente, la madre manifestó: “Yo soy una persona de bien. Trabajo, ayudo a mi familia y ayudo a gente que necesita. No soy una violadora ni una delincuente para que me traten así, pero me trataron peor que eso. Los policías eran del Grupo Especial, había gente de la Judicial Nº 10 de Valle Viejo y al que me pateó lo denuncié como autor desconocido, ya que estaba boca abajo y no pude ver bien su cara.

”Pido que se haga justicia por lo que pasaron mis hijas, nuestras heridas se pueden curar pero psicológicamente, ellas están mal después de todo esto”.