María Espeche, madre de Brenda Micaela Gordillo

“Estuve al borde de muchas cosas, pero ella me sacó adelante”

domingo, 27 de marzo de 2022 01:10
domingo, 27 de marzo de 2022 01:10

El nombre de Brenda Micaela Gordillo ha estado en boca de todos desde el 1 de marzo del año 2020. Los detalles del siniestro femicidio del que fue víctima trascendieron las fronteras de la provincia de Catamarca y llegaron a todo el país.


Desde entonces se sucedieron centenares de marchas, protestas y reclamos exigiendo que la justicia aplique el máximo castigo posible a Naim Vera Menem, autor de tan repudiable hecho.


Por fin, el pasado 17 de marzo, la Corte de Justicia de Catamarca rechazó la casación de la defensa y ratificó la condena a prisión perpetua contra el femicida.


María Espeche se convirtió sin lugar a dudas en el símbolo más importante de la lucha por justicia para Brenda.
A veces acompañada por multitudes que apoyaban su reclamo y entendían su dolor, otras veces sola y a viva voz, María se hizo escuchar. 


Llegó incluso a poner en riesgo su salud, descuidando el tratamiento oncológico que lleva adelante y realizando huelgas de hambre, para así poder cumplir con la promesa que le hizo a su hija de lograr la justicia que ella merecía pase lo que pase. 
En una entrevista con El Esquiú.com, María Espeche cuenta su verdad, cómo sigue la vida después de la muerte de su hija y cómo se siente hoy luego de la confirmación a cadena perpetua del femicida por la que tanto batalló.

¿Cómo estás hoy, María?


Hoy estoy muy sensible. Recién estoy empezando a caer. Siento una soledad inmensa. Extraño a mi hija cada día más. Antes por lo menos las marchas tenían mi cabeza ocupada, ahora empiezo a caer de golpe.

¿Cómo sigue la vida después de perder una hija? ¿De dónde sacás fuerzas para seguir?


Ya no es lo mismo. Mi hija era el motor de mi vida, mi orgullo. Vivía pendiente de ella porque no se quedaba quieta. Tengo otros hijos, mis nietos, pero no es el mismo vínculo que yo tenía con Brenda, mi única hija. Ella era el motor de todo. Hoy siento un vacío enorme, me siento sola. Mi vida no tiene sentido, no le deseo esto a nadie.

Eran muy unidas con Brenda, ¿fuiste testigo de la relación que ella tenía con Naim Vera Menem?


No, yo no sabía de la relación. Sabía que estaba de novia pero no sabía que era con él. Brenda se lo había comentado a mi hijo más grande pero consideraba que todavía no era momento para presentarlo. Ella no era una chica que solía estar de novia, se dedicaba al estudio y al trabajo. Nunca supe que era él el novio. Ella quería afianzar la relación antes de presentármelo.

¿Te acordás qué estabas haciendo el día que te enteraste de la muerte de Brenda?


Estaba acá en casa esperándola porque ella esa noche había salido con él. Una amiga íntima de Brenda había cumplido años esa noche. Mi hija no quiso quedarse en la fiesta y se fue con este femicida a encontrar la muerte. Se fue con la ilusión de encontrarse con él en la casa del abuelo, como solían hacerlo, y él ya tenía todo planeado. 


Ese último día me pidió plata para salir a merendar con su hermano más chico, lo consentía mucho. Lo malcriaba. Se siente esa ausencia enorme. Nunca vamos a terminar de asumir que Brenda ya no está.

Imagino que todos los días te preguntarás por qué, por qué le pasó esto a tu hija. ¿Qué respuesta encontrás?


Todos los días me lo pregunto. Brenda era una persona buena, caritativa, no tenía maldad. Ayudaba a los vecinos. Es una injusticia. Dios ha sido muy injusto. Mi hija no lo merecía.


A Brenda no le gustaba la violencia. Creo incluso que ella nos ayudó a sobrellevar todo esto. Ella evitó que mis hijos terminaran en la cárcel. Una cosa así podría haber provocado que mis hijos o mis hermanos fueran a la casa del femicida y la incendiaran. Ella nos ayudó para que no cometiéramos ninguna locura.

Hoy, a dos años de su muerte, ¿crees que se hizo justicia por Brenda? ¿Sentís paz?


Siento un poquito de alivio nada más. Que este femicida maldito no salga nunca más de la cárcel solo me da un poco de alivio.

¿Pudiste hablar con Naim Vera Menem alguna vez?


Sí, cuando terminó el juicio en la Cámara Penal N° 1, cuando a él le dan la perpetua. Ese día le pregunté por qué le hizo eso a mi hija si él tuvo la oportunidad de dejarla. Si ella estaba embarazada, le hubiera dicho ‘te dejo y me voy’, tuvo la oportunidad de hacerlo. Le dije: nunca te voy a perdonar lo que hiciste con mi hija. Vera agachó la cabeza y ni perdón me pidió. Nada. La frialdad que tuvo durante todo el juicio fue impresionante. Su familia, lo mismo. Nunca se acercaron a hablar conmigo. Yo sentí el odio de estas personas hacia la gente. Si los padres son así, ¿qué puede esperarse del hijo?

Habiendo tenido que pasar por todo esto, ¿cómo estás hoy de salud, María?
Hace dos años que no me controlo. Soy paciente oncológica y postergué mi salud para dedicarme a mi hija. Hasta que este femicida no pagara lo que hizo, no iba a dedicarme a otra cosa. Abandoné mi casa, a mis otros hijos. Solo estaba pendiente de las marchas.

¿Vas a retomar el tratamiento?


Sí, hoy voy a sacar turno al médico para retomar mi tratamiento. No sé en qué estado estoy. El cáncer de mama que tuve fue de los más agresivos. Por eso siempre digo que mi hija es un ángel. Por ella estoy de pie. Es la única manera de explicar que todavía esté en pie.

Después todo esto que vivieron, todo lo que pasaron, si hoy pudieras escribirle una carta a Brenda, ¿qué le contarías?
Le contaría todo. Pero hoy le contaría sobre mi nieto, Valentino. Ella iba a ser la madrina. Estaría chocha si lo viera hoy. Enamorada.


A veces miro las fotos de Brenda y le digo: estarías chocha con esta criatura.

¿Le contarías sobre lo que lograste en la justicia?


Sí, también. Yo sé que ella desde donde está, se siente feliz por nuestra lucha. Sé que está feliz. Ella nos dio la fortaleza.


Durante tu lucha, ¿siempre te sentiste acompañada?


Sí. Mi familia y la sociedad me acompañaron muchísimo. Quien más me acompañó fue la gente común. Personas que estuvieron conmigo incondicionalmente, se pusieron en mi piel y me acompañaron. Recibí mensajes de gente de todo el país, incluso de otros países. Mis abogados, el Dr. Ibáñez y el Dr. Bruno se portaron muy bien. Estuvieron a la par nuestra como humanos, como personas. Cosa que esperé de la gente del Partido Justicialista, donde mi hija militaba, y no recibí ni un saludo. No pretendía que intervinieran desde la política, sino como humanos.

¿Qué sensación experimentaste cuando te enteraste que la Corte de Justicia confirmó por fin la cadena perpetua para Naim Vera Menem?


Ese día no lo esperaba. Fuimos con el abogado, como íbamos todos los días a preguntar cómo iba la causa. Nos turnábamos, ese día me tocaba a mí. Ahí me enteré que los ministros ya estaban firmando pero no sabía qué habían resuelto, si se confirmaba la sentencia o no. Sentí mucha angustia. Yo estaba muy pesimista. Negativa. El Dr. Ibáñez siempre tenía una palabra para mí. Ese día tuve sentimientos encontrados, no sabía si salir corriendo, llorar o reírme. Fue el día que más sufrí. No estaba preparada.
Así terminaba la entrevista a María Espeche en la plazoleta de Polcos que dedicaron a la memoria de su hija. El mural en nombre de Brenda, las flores que lo adornan y hasta el barbijo que María llevó puesto durante toda la conversación son emblema de lucha y justicia. 


A veces con lágrimas en los ojos por la enorme tristeza que la acompaña desde que le arrebataron a su hija, otras con una mueca de sonrisa al recordar lo bueno, se mostró entera.


María es una de las tantas mujeres que terminan convirtiéndose en símbolo de fortaleza y resiliencia, pero que jamás dejarán de ser víctimas del monstruo que representa la violencia de género.

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