En el marco de la causa contra “Adhemar Capital”, el abogado Alfredo Aydar reiteró ayer el pedido de traslado de los imputados José Blas y Alexis Sarroca al Servicio Penitenciario Provincial, donde se encuentra Edgar Adhemar Bacchiani.
Otra vez, el letrado que representa a más de 600 damnificados por la firma manifestó que existen riesgos procesales que podrían colocar en peligro la investigación.

Cabe recordar que de los tres detenidos que tiene la causa, el único alojado en el Penal de Miraflores es Bacchiani, mientras que Blas y Sarroca se encuentran con el beneficio de la prisión domiciliaria.

Ante esto, Aydar realizó una nueva presentación para solicitar la prisión domiciliaria, entendiendo prudente llevar a cabo una junta médica en la persona de su esposa (Mariela Aparicio), quien tendría un problema de salud y, según lo expuesto, le impediría atender a su pequeño hijo, quien posee una discapacidad”.

En este sentido, el abogado manifestó: “Nótese que tal circunstancia fue acreditada superficialmente por la defensa, sin que se haya corroborado la misma, tampoco se demostró la inminente necesidad de que sea el acusado la única persona que puede encargarse de los cuidados de su hijo, más aun tratándose de una situación de carácter permanente”.

Para Aydar, “no se desprende que el imputado posea algún tipo de conocimiento médico especializado o extraordinario y que solo sea mediante su presencia que la salud y derechos de su hijo se verían garantizados. Lo cierto es que en la dinámica familiar del acusado hay una progenitora joven, sana y capaz que, sin ningún lugar a dudas, puede encargarse de los cuidados de su hijo con la ayuda de terceros, como lo habría hecho en el plazo en que José Blas habría estado fuera de su domicilio trabajando, donde al parecer no habría existido problema alguno”, remarcó.

En cuanto a Alexis Sarroca, el querellante manifestó: “No existen motivos suficientes para sostener la misma. Si bien la defensa técnica, en un intento fallido de justificar y motivar la misma, alega cuestiones de salud, las mismas no resultan convincentes, mucho menos procedentes, ya que del análisis minucioso del diagnóstico efectuado se desprende que tiene  trastornos de ansiedad, lo que no resulta grave ni mucho menos extraño en la persona de un imputado conmovido, ‘como todos’, ante la privación de su libertad.

”Sobre la medicación que tomaría, la misma podría ser suministrada en el Servicio Penitenciario Provincial”, finalizó.