Arcoíris tiene seis años, vive en La Rioja y su mamá, Delfina, denunció por primera vez en el año 2018 que el abuelo paterno de la niña viene cometiendo abusos sexuales contra ella desde que tiene 2 años.

A pesar de que Delfina realizó cinco veces la misma denuncia, las últimas tres en el mes de mayo y abril de este año, basándose en el relato desgarrador de su pequeña hija, la niña fue obligada a continuar conviviendo con su progenitor y éste la siguió exponiendo a la presencia de Lelo, el abuelo denunciado por abuso sexual.

En el año 2021, basándose en el régimen de cuidado, el padre de Arcoíris la arrebató de los brazos de su abuela materna de manera brutal en plena vía pública y pasaron 6 meses hasta que la niña volvió a ver a su madre.

Existen múltiples pruebas, testimonio, protocolos, exámenes médicos que confirman el abuso sexual y dos Cámara Gesell, pero a pesar de ello la justicia riojana determinó que Arcoíris no fue abusada.

Aunque Arcoíris no quiere volver a la casa de su papá porque esto implica estar en contacto con su abuelo, la justicia insiste en revincularlos  por la fuerza.

Delfina pide desesperadamente que le otorguen la medida cautelar solicitada por medio de su abogada, Élida Barrera, para que la niña sea restituida al que ella considera su centro de vida y se suspenda el régimen de cuidado a favor del padre de Arcoíris.  A su vez piden que se dicten medidas de protección no solo en contra del abuelo, sino también del progenitor y su entorno.

En el día de ayer, en el domicilio de la comunicadora Manuela Calvo, quien se encuentra comprometida con la causa de Arcoíris y ha investigado en profundidad el caso, se llevó adelante un allanamiento por parte de la policía técnica judicial de la Rioja y se le retiraron herramientas de trabajo y material fílmico. La periodista grabó todo el operativo y denunció lo sucedido en sus redes sociales.