Una joven de 25 años, denunció públicamente mediante la página de Facebook Ni Una Menos Tinogasta, a su expareja, un gendarme que no sólo la habría golpeado y maltratado reiteradamente a ella, sino que haría lo mismo con el hijo de dos años que tienen en común.

De acuerdo a lo que denunció penalmente de manera formal y con certificados médicos que comprobaban sus dichos, el niño fue retirado por el padre y volvió con hematomas y marcas de haber sufrido violencia, además de descuido durante los días que el hombre lo tuvo como parte de un acuerdo judicial dispuesto por la Justicia de Quinta Circunscripción Judicial.

La joven pide que se reconsidere esta medida judicial, ya que la amenazan de que si no entrega al niño a su padre, podrían arrestarla por incumplimiento judicial.

Carta

En la carta que posteó en la red social, la mujer relató que desde el inicio de la relación, el gendarme se comportaba “raro”, pero con el transcurso del tiempo, esto se tornó en violencia física, verbal y psicológica. “Me humillaba de diversas formas, se enojaba, era muy cambiante, siempre manipulándome, maltratándome a mí y mi hijo, me celaba y aisló de todo mi entorno familiar y de mis amigos. No quería que saliera ni a la plaza con mi hijo, siempre nos encerraba, siempre llegaban compañeros de él pero nunca les veía la cara, ya que nos encerraba en la pieza a mi hijo y a mí y no podíamos decir nada porque si no, nos pegaba y me insultaba”, dijo, agregando que como el hombre no le permitía tener acceso a su dinero y a salir del domicilio, junto a su niño pasaban días sin comer.

“Se enfurecía, se volvía loco, me pegaba, me pateaba por el piso y me ahorcaba. Hasta me obligaba a tener relaciones sexuales. Volví a estar embarazada, y lo perdí a causa de los golpes”, contó como parte de su duro testimonio.

La joven indicó que, harta de la situación y con mucha dificultad, pudo huir, aprovechando que el hombre había salido de la casa y que lo denunció penalmente, lo que ocurrió en diciembre de 2021, pero pese a que las denuncias hablaban también de la violencia sufrida por el niño, la justicia le obliga a cumplir un régimen de visitas.

“Mi hijo vuelve golpeado con un hematoma en su rostro, visto por el médico de guardia del Hospital y con una exposición y fotografía. Con mi abogada decidimos apelar la orden de régimen de visitas. Por todo esto que venimos pasando mi hijo y yo, pido que la Justicia me escuche y haga reducción de régimen de visitas, por la salud y bienestar de mi hijo porque no merece seguir pasando por todo esto”, concluyó la joven.