Ada Morales, a 32 años del crimen de María Soledad

“Mientras buscábamos a nuestra hija, los culpables preparaban el encubrimiento”

La madre de María Soledad vuelve a enfatizar el encubrimiento y las consecuencias del crimen.
viernes, 9 de septiembre de 2022 01:46
viernes, 9 de septiembre de 2022 01:46

Ayer, hace 32 años, el crimen de la joven adolescente de 17 años María Soledad Morales provocaba uno de los sismos sociales y políticos más rotundos de los que tenga memoria la comunidad catamarqueña.

Su muerte, el encubrimiento del crimen -que nunca fue completamente investigado por las autoridades judiciales-, la cobertura mediática y el rol de la política vernácula, de la cual una parte se hundió mientras otra logró reconstruirse a partir de este hecho para ascender al poder, son algunas de las aristas que siguen generando discusión y polémica.

Pero antes de todas estas consideraciones, un matrimonio perdió a su hija en las circunstancias más inicuas que se pudiesen imaginar. Hoy solo queda el testimonio vivo de Ada Morales, madre de María Soledad. 

“Treinta y dos años de dolor, sufrimiento, padecimiento, de tanta injusticia que recibimos los Morales. Mi compañero ya no está, pero sé que desde donde está me ayuda a tener fuerzas y fortaleza para seguir, aunque ya creo que sobre el tema del encubrimiento no hicieron nada, quedó todo en la impunidad porque mucha gente mintió, mucha gente fue culpable y no se la llamó, no se los tocó más”, asegura todavía Ada y reitera una vez más sus críticas sobre el proceso judicial que terminó con la condena de Guillermo Luque y Luis Tula.

“Si hubiera sido un ciudadano común, humilde, se hubiera actuado bien, hubiera habido justicia enseguida, pero cuando hay de por medio pesos pesados, como se dice, gente poderosa... Acá fueron los hijos de los funcionarios, por eso querían culpar a familias que no tenían nada que ver, como mis vecinos de la familia Vargas, que sufrieron horrores porque les pusieron sangre en el auto de ellos, buscaban chivos expiatorios. Realmente, quienes eran culpables, mientras el día domingo nosotros buscábamos a nuestra hija desesperadamente, ellos estaban preparando el gran encubrimiento. Creo que las condenas fueron bajas, considero que merecían de 25 años para arriba. Tula debería haber tenido igual o más condena porque fue el entregador, me la enamoró a mi hija de 17 años, el de ella era un amor puro y limpio. No le importó llevarla y dejarla. Como mamá, jamás lo voy a disculpar”, explicó Ada Morales en diálogo con El Esquiú Play.

Como cada día y principalmente en cada aniversario de su fallecimiento, recuerda la última vez que vio con vida a su hija: “En este mismo lugar donde les estoy dando esta nota estábamos reunidos, se despidió feliz, contenta, alegre, sencilla, con un vaquero, una polerita negra y sus cabellos hermosos, que era lo que ella más cuidaba; sin pinturas, sin nada, con sus zapatos colegiales negros con hileras. Y me dijo ‘chau, mami, nos vemos mañana’, y me dio un beso. Se fue con su papá, que la llevó feliz”.

En la conversación, su recuerdo vuelve a unos de los momentos más duros del crimen: el día en el que Elías, su padre, tuvo que reconocer su cuerpo en la morgue. “Era irreconocible, él (Elías) le tomó la mano y vio que le habían cortado las uñas al ras, ella tenía las uñitas largas. Por una quemadura que tenía en el pulgar, producto de una vez en la que ella estaba haciendo un flan y se había quemado con azúcar quemada y se le había hecho como un lunar grande, por eso la reconoció.

En medio de su recuerdo, Ada Morales expresó su gratitud a Marta Pelloni y a las compañeras de curso de su hija: “Ellas usaron el silencio, no la violencia, a través de las marchas del silencio. Creo que ese silencio tocó el corazón de muchos catamarqueños y argentinos. La defendieron a su compañera con todo, a pesar de que hasta quisieron detenerlas para que no hicieran las marchas. Se fue sumando el pueblo, profesores, sacerdotes y cada vez más personas. Ellas dicen que son mis hijas del corazón y es así, porque viéndolas siento que mi hija está presente”.

Finalmente, Ada lanza una advertencia histórica sobre las consecuencias políticas y sociales que tuvo el crimen. “Elías y Ada Morales jamás pensaron dividir Catamarca, van muy equivocados en querer hacer creer eso a la gente. Si ellos hubieran tenido el valor y venido a decirme que no sabían lo que hacían, disculpas, no sé si los hubiera disculpado, pero no hubiera pasado esto. Además, también sepan que Ada y Elías Morales lo único que buscaban era verdad y justicia por nuestra hija. Otra cosa que quiero aclarar es que no toda la justicia es mala, hay jueces y fiscales valientes en Catamarca, el grupo que respondía al exjefe fue el que encubrió todo”. 

Comentarios

9/9/2022 | 23:08
#149006
Payaso el que comenta como ariel, mira el libro pedorro que viene a citar. Algo mas tendencioso no tenes? periodistas del monopolio clarín, la peor clase de basura de los medios. Lamentablemente un crimen pasional que se convirtió en político y sirvió para voltear un gobierno democrático y encerrar a un inocente que ni siquiera estaba en Catamarca cuando ocurrió. Una de las mayores muestras de lawfare, más sicariato mediático y político de nuestra historia...
9/9/2022 | 11:25
#149005
En Catamarca se pierde muy fácilmente la memoria, por eso se inauguran muchas veces las mismas plazas y se repiten los mismos males como si fuera siempre la primera vez. Un libro para repasar parte de lo que se vivió en aquellos años del caso María Soledad es No llores por mí, Catamarca. La intriga política de un crimen, de Alejandra Rey y Luis Pazos.
9/9/2022 | 08:46
#149004
por Ada, por Elías, sus hermanos y por su abuelo Benicio. Pero le diría que no se equivoque otra vez: Guillermo Luque no fue el autor de ese asesinato femicida, porque estaba en Buenos Aires. Y nadie del gobierno provincial trató de encubrir y, muy por el contrario, trataron de elucidar quien era el o las causantes de esa trágica muerte. Le diría a Ada que no se siquiera si le hicieron un homenaje a Soledad como debieran hacerle un PARQUE o una plaza importante para que se la recuerde bien, pero no para que sigan culpando a un gobierno provincial que en momento alguno trató de encubrir. Fue un femicidio, pero no Guillermo el autor. NO ESTABA EN CATAMARCA. Pero el recuerdo de ella debe perdurar y debe SER ESTE GOBIERNO EL QUE LE BRINDE ESA PLAZA O PARQUE CON SU NOMBRE. Es más y sin ánimo de discutir con Ada o su familia, el 75% de los funcionarios conocidos estaban fuera de Catamarca e esos días aciagos. Y se lo dijimos personalmente a Don Benicio a quien apreciábamos mucho.

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