Se reportaron varios ilícitos domiciliarios
Durante las últimas horas se conocieron varios robos en los domicilios particulares. El dinero en efectivo fue el botín elegido por los delincuentes.
Manuel Alejandro Narváez (25) fue uno de los damnificados. El hombre les relató a los efectivos de la Comisaría Séptima, que al regresar a su casa en el Pasaje Vucetich, en el barrio La Victoria, pasadas las 21.30 horas se encontró con la novedad de que vándalos forzaron una de las aberturas de la casa y se apoderaron de una garrafa y la suma de 28 mil pesos.
Los vecinos, indicó, reconocieron al sujeto que habría ingresado a su casa a robarle cuando el estaba ausente, ya que en otras oportunidades les había robado a ellos también.
Mientras la patrulla salió a recorrer la zona con los datos aportados sobre el delincuente, el damnificado Narváez se dirigió a la Unidad Judicial N°7, donde denunció el ilícito en cuestión.
Una hora antes, Magalí Brandan (24) regresó a su casa en el pasaje Nicaragua, entre Padre Antonio Lobos y Padre Lucas Barrionuevo, y llamó a la policía cuando, al llegar, observó que la puerta de la parte posterior de la vivienda estaba forzada.
Al revisar sus pertenencias, Brandan notó el faltante de una bicicleta tipo rutera y la suma de 40 mil pesos, dinero que guardaba en el placard de una de las habitaciones.
Al igual que en el hecho anterior, los vecinos le dijeron a la damnificada que vieron merodear en su casa a un sujeto conocido en el ámbito delictivo, razón por la que, al realizar la denuncia en la Judicial N°8, la víctima identificó al posible autor. Mientras tanto, a las 8.45 de ayer otro robo domiciliario se denunció ante la policía.
Un hombre de 73 años, de apellido Molina, les dijo a los policías de la Comisaría Quinta que, al parecer mientras descansaba, desconocidos ingresaron a su casa ubicada en calle Pampa al 1400 y le sustrajeron del interior una riñonera en la que guardaba documentación personal, tarjetas de crédito y la suma de 35 mil pesos.
Al momento de realizar la denuncia en la sede judicial, Molina sindicó como posible autor del ilícito a un hombre de apellido Carrizo, quien sería obrero, siendo ese el único, según la víctima que conocía el lugar donde este guardaba el dinero robado.