Ayer, en ámbitos de la Cámara Penal N° 1 culminó la ronda de testigos en el juicio que se ventila por un hecho de abuso sexual y rapto que tiene a dos jóvenes imputados. Durante la última audiencia, Gabriel Leiva y Emanuel Agüero declararon ante el tribunal y negaron las acusaciones en su contra.

Por su parte, los magistrados pasaron el debate a un cuarto intermedio para hoy, cuando las partes emitirán los alegatos y posiblemente se conozca el veredicto.

Con respecto al contenido de las declaraciones de ambos acusados, según trascendió, el contenido es el mismo que publicó este medio en su edición anterior, aunque las partes tuvieron la oportunidad de hacer preguntas. 

Tanto Leiva como Agüero decidieron escuchar durante todo el debate las pruebas que había en su contra y las declaraciones de la víctima, quien asegura que ambos imputados la habrían citado a una entrevista de trabajo en la que la habrían sometido sexualmente tras haberla retenido en contra de su voluntad en un domicilio de Valle Viejo.

En contraposición, los jóvenes que están sentados en el banquillo de los acusados argumentan que sí mantuvieron relaciones sexuales con la presunta víctima, aunque estas fueron consentidas. También negaron la existencia de un ofrecimiento laboral.

Entre las declaraciones realizadas ayer por Gabriel Leiva con respecto al hecho ocurrido en julio de 2018, sostiene que se habrían reunido a consumir bebidas alcohólicas con la supuesta víctima y su amigo. Durante una entrevista, el joven contó: “Me invitan a mí, a través de audio, no sé si se puede decir o no, pero eran audios donde me citaban diciendo una mala palabra, me manda una foto que estaban tomando”. Y continuó: “No existió entrevista de trabajo, yo me enteré tiempo después que ella decía que era una entrevista de trabajo. Nada de entrevista de trabajo”.

Por su parte, Emanuel Agüero se refirió al día de los hechos: “Estábamos reunidos tomando algo, un día domingo, como casi mayormente todo el mundo lo hace, más un día domingo. Lo invitamos a Gabriel, no hubo ningún ofrecimiento de trabajo, hubo una juntada para consumir bebidas alcohólicas, como lo puede hacer cualquier persona libre”.

Finalmente, ambos coinciden en que las pruebas de la causa están a su favor y piden que el tribunal actúe sin presión social a la hora de emitir un veredicto. Ambos podrían recibir penas de hasta 20 años de prisión.