Crimen del ministro Juan Carlos Rojas

Fiscalía vs. querella: ¿A Rojitas lo mató una sola persona, dos o más?

La hipótesis del Ministerio Público de que quien “mató a Rojitas es una sola persona” no es compartida por la querella, para quien “en el asesinato participaron al menos dos personas”.
jueves, 4 de enero de 2024 01:16
jueves, 4 de enero de 2024 01:16

A trece meses del homicidio del ministro de Desarrollo Social de la Provincia Juan Carlos Rojas, uno de los interrogantes que sobrevuela la investigación es si a Rojitas lo mató una sola persona, dos o más.

Si bien, luego de que a finales del mes de noviembre del año pasado una junta médica determinó -ante el análisis y estudio de los dos informes de autopsia practicados en el cuerpo de Juan Carlos los días 4 y 5 de diciembre del 2022- que al funcionario del Ejecutivo Provincial lo habían asesinado de un  golpe en la cabeza, la Fiscalía a cargo de Hugo Costilla, quien está al frente de la investigación, estableció como hipótesis del Ministerio Público que quien “mató a Rojitas es una sola persona”.

Esta hipótesis no es compartida por la querella, que representa a Natalia, hija del ministro, para quien “en el asesinato participaron al menos dos personas”.

Esta diferencia, para nada menor, en la apreciación de las partes involucradas tiene uno de sus orígenes en el tipo y cantidad de lesiones que, según detalla el informe de autopsia, presentaba el cuerpo del ministro.

Dicho informe, que fue elaborado entre otros peritos por el director del Cuerpo Interdisciplinario Forense de la provincia, el Dr. Vega, da cuenta de que Juan Carlos recibió un fuerte golpe en la cabeza. Además de esta lesión que le causó el politraumatismo que cegó su vida, el informe detalla excoriaciones, por ejemplo, en las muñecas y en las rodillas, cara interna y cara externa, y equimosis en los hombros.

En total se contabilizaron más de diez lesiones de esta naturaleza y solo una, se especificó, fue post mortem, una lesión de “arrastre” en la espalda de aproximadamente 2 centímetros.

En la reconstrucción de los momentos previos al homicidio del ministro, ocurrido entre el lapso temporal de la mañana y el mediodía del sábado 3 de diciembre, para la Fiscalía, la autora sería Silvina Nieva, única imputada (en libertad) que tiene la investigación.

De acuerdo a la información brindada por fuentes oficiales, del análisis del material probatorio -pericias documentales, de ADN, testimoniales y tecnológicas- aquel 3 de diciembre, luego de haberse comunicado vía telefónica con la víctima, la imputada (ella misma lo reconoció) se dirigió a la casa del ministro. Dada su relación con él, tenía las llaves. E ingresó al llegar sin llamar a la puerta.

Por la hora que se presume habría ocurrido el asesinado, Juan Carlos ya estaba levantado y en la galería de su casa. Allí, en un momento determinado -quizás con una discusión previa- fue golpeado a traición por Nieva con un objeto contundente, el que hoy a pesar del tiempo transcurrido sigue sin aparecer, en la cabeza. Por el golpe, la víctima prácticamente se desplomó y cayó al suelo, golpeando el rostro y todo su cuerpo contra la superficie.

Esa caída, ese impacto del cuerpo contra la superficie, sería el origen de las más de diez lesiones que el fiscal no habría tenido en cuenta al momento de formular su hipótesis. Según lo expresó en el comunicado a través del cual por primera vez, a pocos días de cumplirse un año del homicidio, la Fiscalía informó a la sociedad sobre la investigación, el golpe no fue “muy fuerte”.

En otras palabras, por su contextura y fuerza, Silvina Nieva pudo haber sido quien, sin la ayuda de terceros en razón de que el golpe fue a traición, mató a Juan Carlos y luego se fue.

El que las aberturas de la vivienda no estuvieran forzadas fue otro elemento valorado por la Fiscalía para sospechar de Nieva y ubicarla en la escena del homicidio. Si bien, una pericia a la red de wifi da cuenta de que su teléfono celular estuvo todo el fin de semana del 3 y 4 de diciembre en su domicilio, para la Fiscalía eso no es certeza de que ella no haya salido.

Por otra parte, la Fiscalía tiene bajo el radar a otras personas, como al propio hijo de Rojitas, Fernando, que fue quien llamó a la policía. Si bien no se lo acusa directamente, se puede leer entre líneas en el comunicado oficial que podría al menos ser sospechoso de encubrimiento, puesto que alteró la escena al manipular el cuerpo de su padre, el que encontró boca abajo el día siguiente al homicidio.

No solo dio vuelta el cuerpo de su padre alterando la escena original, sino que además “limpió” -según sostuvo en su declaración- la sangre del rostro de Rojitas. De esta “manipulación” habría surgido la lesión de arrastre que presenta el cuerpo del ministro. 

La hipótesis no es compartida del todo por la querella, que sigue sosteniendo que a Juan Carlos lo mataron dos o más personas.
La parte que representa a los hijos, quienes tienen una “investigación paralela” a la de Fiscalía, sostiene que de los informes y todo lo plasmado en el abultado expediente, se deduce que al ministro alguien lo estaba sujetando cuando lo golpearon en la cabeza.

Esta hipótesis surge del análisis de las lesiones que no fueron tenidas en cuenta por la Fiscalía: una sola persona no pudo haberle provocado las excoriaciones y las equimosis que presenta el cuerpo.

En la autopsia el cuerpo “habló” y dijo que lo sujetaron, por eso las marcas en sus muñecas; que lo tuvieron arrodillado, por las marcas en sus rodillas; lesiones que, sumadas a todas las demás, no fueron ni pudieron, sostienen desde la querella, haber sido provocadas por la caída tras recibir el golpe a traición, como lo sostiene la Fiscalía.

Para la querella, en el homicidio intervinieron al menos dos personas. Y esta es la teoría que intentan demostrar con la participación, el pasado 27 de diciembre, de los reconocidos peritos Juan José Fenoglio y Raúl Torres, quienes ingresaron a la casa donde ocurrió el asesinato y la “observaron”.

De esta actividad, de la que participó también el fiscal Costilla, habrían surgido nuevas apreciaciones que se condicen con otras pruebas ya existentes en el expediente que reforzarían esta última hipótesis. 

Es decir que así como una junta médica concluyó que la muerte del ministro Juan Carlos Rojas fue un homicidio, la “observación” de los peritos nacionales concluiría que ese momento y durante el homicidio, junto a quien le asestó el golpe en la cabeza había al menos otra persona.

El expediente se vuelve cada vez más voluminoso y las piezas del rompecabezas siguen apareciendo. A la del origen de la muerte, es decir el homicidio, se sumó la de la mecánica de la muerte, “un golpe en la cabeza”, y la de al menos un homicida. Pieza esta última que es considerada clave para los investigadores, ya que podría no solo conducir al autor o autora, sino también al móvil del asesinato.

Comentarios

Otras Noticias