Durante la mañana de este lunes, Luciano Rojas, abogado defensor del cura Renato Rasgido, dialogó con Radio El Esquiú 95.3 sobre el juicio que se lleva adelante por cuatro hechos de abusos sexuales contra un menor de 12 años.

En primer lugar, afirmó que “la versión que da la supuesta víctima, que ahora es querellante, “no tiene sustento en ningún otro elemento probatorio”, por lo que “lleva al tribunal a la única necesidad de creerle”. Sin embargo, aseguró: “nosotros confiamos en la justicia, en el tribunal y veremos cómo se desarrollan día a día las audiencias”.

Además, sostuvo: “el examen médico, pericia médica, revisación médica que se le hizo a esta persona siempre da el mismo resultado (negativo) y no hay ninguna consecuencia, ningún rastro de una relación sexual de corta ni de vieja data”. Más adelante, agregó: “no es congruente el relato violento con la falta de algún rastro”.

En cuanto a la pericia psicológica, dijo: “esta persona fue sometida a tres informes psicológicos y aquí es donde reside la problemática”. En tal sentido hizo hincapié en que esos informes, al no ser “pericias” no pudieron tener el control de la defensa del imputado; y, por otra parte, la sicóloga que realizó los informes falleció, por lo que el tribunal que debe emitir una sentencia, no podrá contar el testimonio en el que se hagan preguntas sobre las conclusiones de ese informe. 

Sobre la reconstrucción del hecho, en cuanto a las fechas y horarios, aseveró: “en un primer momento sí hubo una indefinición temporal, pero luego esta persona se dirigía constantemente a Fiscalía a averiguar el estado de la causa, lo cual es su derecho y, a partir de ahí, solicitaba prestar declaración espontáneamente. En esas sucesivas declaraciones, él mismo puntualizó lugar, fecha y hora” de cuándo habrían ocurrido los abusos. “En base a la acusación que hace la Fiscalía, es que nosotros elaboramos la estrategia de defensa”, explicó el abogado en referencia a que hay elementos de prueba que señalarían que Rasgido no estuvo en Andalgalá cuando ocurrieron los supuestos abusos.

Entre esas pruebas, hay una agenda presentada por la defensa. “Se hizo una pericia caligráfica que lo único que detectó es que hay un pequeño escrito arriba de un margen, en una de las fechas de las cuatro, o sea que, en definitiva, en el peor de los casos, lo que se podría discutir es si en ese día pudo haber alguna alteración, que no la hubo, porque va a venir justamente como testigo la persona que la redactó, y todas las partes van a poder despejar las dudas”, aseveró.

Finalmente, consideró que la acusación es “arbitral, deficitaria” y “que solamente está basada en la versión de la supuesta víctima, que tiene numerosas contradicciones con él mismo, pero más numerosas son las contradicciones con otras personas de su círculo y con otras personas que él coloca en algunas situaciones. Los testigos vienen y lo desmienten”.