La fiscalía penal juvenil a cargo del fiscal Guillermo Narváez, continúa llevando adelante la investigación en contra de dos adolescentes de 16 y 17 años y otros dos jóvenes de 18, quienes el último fin de semana habían atacado a otro adolescente de 16 años a la salida del boliche Wika. 
Como dos de los sindicados y la víctima son personas menores de edad, no serán identificados.
De acuerdo a la información judicial oficial, el domingo a la madrugada el adolescente agredido y los sindicados habrían mantenido una pelea en el interior del local que funciona en la avenida Juan Pablo Vera, en el camino al dique El Jumeal por motivos que no se dieron a conocer. A causa del incidente, el personal del boliche habría desalojado a los revoltosos, quienes, una vez fuera  del boliche, volvieron a agredirse físicamente.
Una versión del ataque da cuenta que el adolescente de 16 años fue salvajemente golpeado en diferentes partes del cuerpo y fue abandonado por sus agresores. Cuando llegó a su casa, el herido le habría dicho a su padre que se había peleado en el boliche y se fue a dormir, pero al levantarse al mediodía se sintió mal y sus padres lo llevaron a un sanatorio privado, donde estuvo internado hasta el día miércoles. 
La madre del adolescente víctima realizó la denuncia en la Unidad Judicial N° 5. En primer término tomó intervención el fiscal Facundo Barros Jorrat, pero al conocerse que al menos dos de los sindicados serían menores de edad, las actuaciones fueron giradas a la fiscalía penal juvenil desde donde se continúa con instrucción del expediente.
Si bien por el momento la justicia especializada no tomó ninguna medida en contra de los dos adolescentes de 16 y 17 años sindicados y los dos jóvenes de 18, los mismo ya fueron notificados de la acusación en su contra, designando abogados defensores para que los representen en la causa.
También se conoció de voceros de la causa que el adolescente víctima ya fue dado de alta y que de acuerdo al informe médico elaborado por los profesionales del CIF, quienes examinaron al adolescente desde su ingreso al sanatorio privado de calle Chacabuco hasta su alta médica, que las lesiones que presentaba eran de carácter leve, es decir que no superaban los treinta días de curación. Al margen del informe médico, el fiscal Narváez solicitó al sanatorio se le remita copia de la historia clínica del adolescente y supuesta víctima.
Por otro lado, trascendieron posteos en las redes sociales de allegados al adolescente, que daban cuenta que el ataque de la patota había sido feroz al punto que le habrían golpeado la mandíbula como también la cabeza.
En lo que se refiere a los otros jóvenes sindicados, trascendió que, si bien intentaron acercarse y ponerse a disposición en lo que pudiera ser necesario con los padres del adolescente agredido, el diálogo no habría sido viable.