Intento de homicidio en El Bañado
El fiscal tildó de infantil la declaración del imputado y pidió que siga en la cárcel
Tal como estaba previsto, en la mañana de ayer se desarrolló en el Tribunal Penal Juvenil la audiencia de prisión preventiva para Facundo Monasterio.
Se trata del tercer detenido que tiene la causa que investiga la Fiscalía Penal Juvenil por el intento de homicidio de Rosana Murúa, hecho ocurrido el 20 de enero pasado en El Bañado, Valle Viejo.
La audiencia fue a solicitud del fiscal Guillermo Narváez, quien le pidió al juez especializado Fabricio Gershani Quesada que le confirmara la prisión a Monasterio y que esperara el juicio en el penal.
Por casi una hora, el fiscal dio sus argumentos al magistrado con la presencia en la sala del imputado, su abogado el Dr. Orlando del Señor Barrientos y la querella representada por Pedro Vélez.
Narváez inició la exposición recordando qué sucedió y puntualizando la intervención del acusado en el hecho de sangre, que casi le cuesta la vida a Rosana Murúa.
El fiscal recordó que acusó a Monasterio del delito de homicidio en grado de tentativa, agravado por alevosía como partícipe necesario, basándose entre otras pruebas en la declaración de la propia víctima, de su hijo y de un testigo, quienes no serán identificados por tratarse de personas menores de edad.
Narváez se refirió también con mucho énfasis a la violencia con la que actuó Monasterio, quien atacó a Murúa por la espalda con un trozo de hierro, previo a ser apuñalada por Márquez, que sería su pareja y a quien el fiscal sindica como la autora del intento de homicidio.
Hizo referencia también el fiscal, para reforzar su pedido de la prisión preventiva, a que, además de atacar a Murúa, el acusado tiró al suelo al hijo de la mujer cuando este intentó defenderla, para luego atacarlo a golpes de puño y patadas, junto a su cuñado, el adolescente de 16 años imputado también en la causa.
Finalmente, el fiscal se refirió a la ampliación de declaración que efectuó el miércoles Monasterio, a la que tildó de “infantil”, lamentando que el acusado no hubiera proporcionados datos que lo pudieran llevar a encontrar la verdad de los hechos.
Si bien el fiscal no dijo que lo declarado por Monasterio era mentira, dejó entrever tal calificativo al refutar con otras pruebas ya introducidas en el expediente que lo dicho por el acusado no coincidía con el resto del expediente.
Por ejemplo, recordó que Monasterio declaró que llegó al lugar del hecho en una moto y que fue solo un espectador de lo sucedido, cuando todos los testigos indicaron que lo vieron llegar caminando junto a los otros acusados. A la vez, indicó que, según el informe médico, Monasterio no presentaba ningún tipo de lesión, aun cuando él aseguró en la declaración haber recibido siete “puntazos”.
Acto seguido, alegó la querella, que se adhirió a los dichos de la Fiscalía, resaltando la violencia del hecho ocurrido que tuvo al borde de la muerte a su clienta y, finalmente, fue el turno del abogado de Monasterio.
En el inicio de su exposición, Barrientos se mostró molesto -y así lo hizo saber- con el fiscal, por haber indicado que la declaración de su asistido fue “infantil”. Recordó que él estuvo presente en dicho acto y que el fiscal permitió que él continuara la declaración, respondiendo a todas las preguntas.
Dijo también que propuso testigos que corroborarán que su cliente andaba en moto y pidió la libertad para Monasterio.
Señaló que no hay riesgo procesal de fuga, ya que el imputado estuvo siempre a derecho, por lo que podría esperar el juicio en su casa y en libertad.
Tras escuchar a todas las partes, el juez Gershani Quesada dispuso diferir la resolución del planteo el próximo martes.
Finalmente, el personal del penal trasladado a Miraflores al imputado, donde cumple la detención.