Columna Política

viernes, 15 de octubre de 2010 00:00
viernes, 15 de octubre de 2010 00:00

Para muchos, se trata de una disputa impensada o casual, pero la verdad no es así. Que el gobernador se haya “acordado” de Augusto César Acuña, y de la forma que lo hizo, no significa un grito en el desierto, ni mucho menos. Aparte de defender la obra de gobierno y las acciones que, en materia energética, llevan adelante Ramón Assante (Secretario) y Juan Acuña (ministro), Brizuela del Moral se cobró viejas facturas políticas y familiares. Claro que lo hizo con cargos que encierran un verdadero escándalo y que, en cualquier Estado organizado y respetuoso de la conducta de los funcionarios, ya hubiera eyectado del poder, mucho más si guarda silencio, al jefe del ENRE.


Literalmente, sin quitas ni agregados, el gobernador sostiene que el “Mocho”, como se lo conoce al doctor Acuña, mantenía connivencia con el grupo Taselli, concesionario de la intervenida EDECAT, a quien precisamente tenía que controlar. Esto no es otra cosa que señalar la comisión de un delito y, si lo ha dicho, por algo será. Los señores Taselli, está comprobado, cometieron demasiadas picardías con el servicio que debían brindar a los catamarqueños, entre ellas cero inversión, aparte de situaciones que se mensuran en pesos o dólares y que deben ser resueltas por la Justicia. Su prontuario, no hace falta detallarlo, es tenebroso y si tenían connivencia con Augusto César Acuña, que los lectores saquen la cuenta de la gravedad de la denuncia.


Más allá de la coyuntura de discusión por una obra energética considerada fundamental por el gobierno, emergen desde el pasado viejos roces políticos y familiares. Acuña, aliado por años de Oscar Castillo, siempre fue una piedra en el zapato de Brizuela del Moral en su camino a la gobernación. Después la cosa siguió igual, a punto tal que Acuña se unió con su prima Isabel (ex ministra de Educación) y el extinto “Buby” Brizuela del Moral, hermano de Eduardo, para amargarle los días al mandatario. Hoy, circunstancias nada casuales, los vuelven a enfrentar.
 

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