Columna política

sábado, 2 de octubre de 2010 00:00
sábado, 2 de octubre de 2010 00:00

Las cartas están dadas vuelta. El kirchnerismo y la Liga de Intendentes, en su gran mayoría, no van a participar de la interna y ello acota los márgenes de participación en forma notoria. Pero igual hay que cumplir con el mandato del Congreso peronista y por lo tanto hay que seguir, paso a paso, el proceso que desembocará en los comicios domésticos del 31 de octubre. Mañana será el cierre del padrón con el que, refrendado por la Justicia Federal, se habrá de votar, y 24 horas más tarde llegará el momento de la presentación de las listas. Por lo pronto, hay que decir que el fin de semana fue aprovechado por los dirigentes para conversar, imaginar escenarios diferentes, elucubrar alianzas y ver cuál es la mejor estrategia. Los teléfonos, ya se pueden imaginar los lectores, quedaron enrojecidos de tantos cruces. Los distintos caminos, especialmente los del oficialismo partidario, chocan con un gran escollo, la falta de candidatos que despierten atracción en la masa peronista y no sean los mismos de siempre, aquellos que ya tienen dobladas las espaldas por las derrotas.


Los candidatos que, en forma coincidente, más miden en las encuestas generales que se realizaron en los últimos años, han decidido jugar con la alianza que puede llegar a vertebrar el Frente para la Victoria. Así lo adelantaron por todos los medios los propios interesados y hasta lo confirmaron el jueves pasado, con su presencia en la residencia de Olivos, en los casos de Dalmacio Mera y Raúl Jalil. Eduardo Pastoriza y Lucía Corpacci, si bien estuvieron ausentes, comulgan con la idea frentista. Ninguno de ellos, salvo un brusco giro, estará en la interna. Con este panorama, por más que la Justicia presente un padrón que hasta orille los 100.000 electores, son muy pocos los que se ilusionan con una presencia masiva de afiliados en las mesas de votación.


Quizá quede como único atractivo un clásico del peronismo local, Luis Barrionuevo vs. Ramón Saadi, si es que ambos se anotan en la carrera a gobernador. El primero ha dicho, y lo ha repetido, que dará un paso al costado en términos de candidaturas, pero resulta difícil no imaginarlo como candidato, aunque sea en el tiempo de descuento del cierre de listas. Y con Saadi ocurre otro tanto, aunque cerca suyo dicen que irá a la compulsa y que, no en vano, ha vuelto a recorrer la provincia en los últimos 60 días por esta motivación. También queda la alternativa de armar una lista única que evite la posibilidad de pasar un papelón con el número de votantes. ¿Y la Renovación? Con Jalil afuera, la representación queda prácticamente huérfana, pero algo los muchachos prointerna.
 

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