Antecendentes de un peronismo dividido

El desafío del PJ: la unidad

Será el próximo domingo. Aquí una reseña de un proceso lleno de desencuentros.
sábado, 23 de octubre de 2010 00:00
sábado, 23 de octubre de 2010 00:00

La elección interna del 5 de enero de 2003 fue la más importante del peronismo de Catamarca desde la restauración de la democracia. Inclusive más que la que se realizó en 1982, cuando se decidió la candidatura a gobernador de un joven totalmente desconocido para nuestro medio: Ramón Eduardo Saadi. Apenas si se sabía que era uno de los hijos del caudillo peronista Vicente Leónides Saadi y que residía en la Capital Federal.
Pero volviendo a la interna de 2003, hay que decirlo, tuvo una movilización extraordinaria, tanto en el interior como en la propia Capital, a punto tal que en las escuelas había largas colas para emitir el voto por parte de afiliados y ciudadanos independientes.
Se calcula que cerca de 50.000 personas tomaron parte de aquella recordada elección, a la que se la llegó a comparar con una elección general.

Voto a voto

Los contendientes principales de aquel histórico duelo fueron el entonces senador José Luis Barrionuevo y el ex gobernador Ramón Eduardo Saadi, venciendo el primero por cifras apretadas que le aseguraron su candidatura a gobernador de la provincia para las elecciones que debían realizarse el 2 de marzo de aquel año y que, finalmente, no se llevaron a cabo por los incidentes que todos conocen (virtual proscripción del candidato, algunos desmanes en las escuelas y supuesta quema de urnas). Pero Ramón Saadi no quedó nada mal, porque recogió más de 20.000 adhesiones en una interna lo que, hasta para el más exigente, sintetiza un capital político extraordinario.

Un poco de historia

Los comicios domésticos de aquel tórrido verano de hace más de seis años determinaron cosas muy importantes para la provincia en términos políticos. Primero, Barrionuevo fue el candidato seguro al triunfo que no pudo ser. Aventajaba en todas las encuestas al hoy gobernador Eduardo Brizuela del Moral por, al menos, 15.000 votos y se imponía en la casi totalidad de los departamentos donde se elegía senador provincial.
Pero Barrionuevo se aferró a su candidatura, promovió la abstención en marzo y casi obligó a que se suspendieran las elecciones. A pesar de ser catamarqueño de nacimiento, la Justicia le exigía ser residente en la provincia.
Después de ello se peleó con los Kirchner y Cristina, la actual presidenta, pidió su expulsión del Congreso.
Las elecciones fueron en agosto de 2003 y, recién entonces, Barrionuevo resolvió dejar la candidatura a su hermana Liliana, que perdió en una reñida elección con Brizuela del Moral.
También aquella elección selló el destino de Ramón Saadi. Hizo un pacto con Barrionuevo por el cual se iba a convertir en senador nacional por el período 2003-2009.
Otro que sufrió las consecuencias de la interna fue Oscar Castillo. Era gobernador y, sabedor de que el radicalismo perdía la elección, le cedió la candidatura a sus enemigo interno: Brizuela del Moral.
La historia y las circunstancias determinaron que Brizuela del Moral, que aparentemente era el punto, terminara como banca.

Sin urnas

Los períodos en el peronismo duran cuatro años. Aquel de 2003, además consagró presidente del partido a Luis Barrionuevo, cuyo mandato finalizó en 2007.
Ese año, después de perder la gobernación (recién entonces le aceptaron su condición de residente) con Brizuela del Moral por cifras de catástrofe (35.000 votos), se pergeñó una interna para mayo de 2007. Por supuesto, nadie se presentó a competir y el barrionuevismo ungió presidente del partido a Hugo “Grillo” Ávila, a quien al mes lo terminaron echando.
Después vinieron otros conductores y durante años el peronismo fue un barco a la deriva, hasta nuestros días, en que se volverá a reeditar una lucha interna.

 

Una semana clave

Queda sólo una semana para la realización de las internas en el peronismo. El 31 de octubre habrá más de 164 mesas masculinas y 164 femeninas, de las cuales 44 corresponden a la Capital.
El lunes la Junta Electoral deberá disponer de las boletas para las urnas que tendrán los tres lemas involucrados, la Renovación y Alternativa Peronista, Unidad y Lealtad y Respeto Federal.
Ya se pudo conocer que hubo fuertes discusiones por el diseño de los votos, pero la junta unificó criterios y le pidió a cada uno de los apoderados que se sujeten a lo establecido.
Éste será el último paso previo al 31, cuando desde las 08 hasta las 18 horas los afiliados e independientes que quieran participar definan quiénes serán los peronistas que tengan la responsabilidad de cambiarle la cara a un partido cuestionado por sus propios integrantes. Y sobre todo quienes tendrán la chance de negociar una posible alianza con las cuatro figuras claves que decidieron no jugar en esta instancia, como ser Lucía Corpaci, Dalmacio Mera, Eduardo Pastoriza y Raúl Jalil.


 

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