El INV contrató a más de 100 técnicos para la encuesta

El otro censo: tras 20 años, relevarán los viñedos del país

Se invertirán tres millones de pesos en software y recursos humanos.
miércoles, 27 de octubre de 2010 00:00
miércoles, 27 de octubre de 2010 00:00

Para los viñateros y bodegueros argentinos, el censo nacional de ayer no será el único de 2010, sino apenas el primero del bimestre. Es que en poco más de un mes arranca un nuevo relevamiento vitícola nacional, que después de dos décadas actualizará en detalle, además de la superficie con viñedos y su composición varietal, los distintos indicadores que condicionan la marcha de la industria.
A partir de una inversión que supera los tres millones de pesos en software y recursos humanos, el INV contrató a más de 100 técnicos para que desde el 1 de diciembre y hasta el 30 de abril de 2011 inclusive, hagan un barrido de todas las zonas productivas, tanto las tradicionales (Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta, Río Negro, y en menor medida, Neuquén) como las que hasta hace unos años resultaba descabellado asociar con la vitivinicultura, y sin embargo ahora figuran en los registros de inscripción.
Por ejemplo, incipientes minifundios con uva de mesa en medio de la selva misionera, sumados a algunos que surgieron en los últimos cinco años en provincia de Buenos Aires, y más reciente, en Chubut, el hallazgo patagónico.
Por eso, con la premisa de recabar la información más completa, el ejército de censistas saldrá a recorrer las hileras de cada finca munidos con navegadores satelitales y computadoras portátiles.
Es que no se trata sólo de actualizar el número de hectáreas, sino -como lo explica el responsable del área vitícola del INV y coordinador del operativo, Alejandro Marianetti, al diario digital Catamarca Rural- de completar un sistema estadístico mediante capas de información, que abarca la edad, los sistemas de conducción y las variedades. Para entenderlo, hay que decir que la georreferenciación de los viñedos será un dato clave para precisar ubicación y trabajar sobre un mapa con capacidad para superponer imágenes aéreas y también discriminar altitud.
El fenómeno del cambio climático tiene su correlato en la vitivinicultura, con el intento patente en cada inversión por “subir” algunos metros para bajar algunos grados y lograr la amplitud térmica suficiente y favorable al desarrollo de las cepas. “El tema del cambio climático no es menor y obliga a la adaptación. Actualmente hay capacidad enológica como para implantar en cualquier lugar” interpretó Marianetti.

Puntos de partida

El censo ayudará a confirmar un corrimiento geográfico de este a oeste en la Patagonia el último lustro, desde el área cultivada de General Roca, que de tener unas 5 mil hectáreas se redujo un 50%, al polo vitivinícola de Neuquén, hoy cercano a las 1.300. Otro ejemplo: la concentración de la implantación en el Valle de Uco mendocino.
Son variables novedosas si se compara el próximo Censo Vitícola con el anterior, de las mismas características en cuanto a alcance geográfico, el quinto, efectuado durante el ciclo 1989-1990.
Cabe mencionar que en 2000, el Instituto había encarado un censo, pero por muestreo zonal. En los últimos diez años los indicadores se han ajustado anualmente en base a las Declaraciones Juradas de implantación, de ahí la iportancia del operativo para actualizar los parámetros a la hora de tomar decisiones. La rapidez para volcar el impacto de los accidentes climáticos y cuantificar las pérdidas es otro aspecto que le da relieve.

Qué se debe hacer

Además de facilitar el ingreso de los censistas, los propietarios de cada unidad productiva deben presentar Declaración Jurada de implantación, siempre que en sus propiedades hayan habido cambios no declarados.
El plazo es hasta el 31 de diciembre próximo, en cualquier Delegación del INV. Es decir, durante el primer mes del censo.
 

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