Lo que es el parque “Adán Quiroga” y el “Circuito de la Vida”, conforman el principal pulmón de aire puro de los capitalinos. Sus instalaciones sirven para informales prácticas deportivas, entre ellas el atletismo, y para el aerobismo, una actividad cada vez más difundida entre los mayores, sea como apuesta a una vida más sana o por la recomendación médica de hacer ejercicios. A cualquier hora y casi todos los días, por estos motivos, la zona tiene una concurrencia notable de personas, lo cual debería ser motivo de orgullo de las autoridades por contribuir a fomentar actividades tan nobles. Esto, sin embargo, no se compadece con la realidad. Toda la zona está prácticamente semiabandonada, no se cuidan las plantas, no hay instalaciones para la recreación y, por la falta de riego, los días de viento se convierten en una verdadera tortura, como ha ocurrido en los últimos quince días. Dejamos el tema para la agenda municipal.
******
La semaforización de la ciudad marcha lentamente, pero marcha. Se trata de una materia pendiente que cuesta dinero, pero resulta muy necesaria porque el tránsito ha crecido hasta el punto de empequeñecer las calles y la ciudad misma. La instalación reciente de nuevos aparatos, en algunas esquinas claves como Rojas-Virgen del Valle o Sarmiento-Belgrano, fue bien valorada por los ciudadanos pero, como es natural, es como si se habría fregado la herida de que faltaban semáforos. Mejor que sea así.
******
Y para terminar con las cuestiones municipales, casi como una concatenación con el tema anterior, se impone ordenar el tránsito. Sabemos que no es tarea sencilla, con un parque automotor sobredimensionado y con miles y miles de motos atentando contra un orden mínimo. Bueno, pero para eso están los funcionarios: tienen que pensar y ser creativos a favor de sistematizar el tránsito y terminar con un promedio terrorífico de accidentes que llenan las páginas policiales de los diarios y los informativos de los medios audiovisuales.