Después del impacto que provocó el deceso de Kirchner y de un fin de semana prácticamente vacío por los ecos del duelo nacional, las actividades retomarán hoy su ritmo normal. Las de la política también. Por cierto que habrá atención excluyente por la reaparición de la Jefa del Estado, la ahora viuda de Kirchner, pero también hay quienes tienen intereses concretos, por ejemplo, los actores de la interna peronista local, quienes reanudarán sus actividades en busca de captar prosélitos. Ya sabemos que se trata de una contienda totalmente atípica, porque un pedazo grande del peronismo resolvió oportunamente no participar y eso se nota. Gran parte de la ciudadanía no demuestra demasiado interés por una puja que reune a viejos personajes de la política, como el ex gobernador Saadi, el diputado Jorge Moreno o el ingeniero Antonio Greco, cabezas visibles de las tres listas que se repartirán las candidaturas.

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Pero a la hora de los resultados no importará nada. Al ganador lo tendrá sin cuidado que la presentación de listas haya estado rodeada de turbulencias o que se intentaran triquiñuelas para favorecer tal o cual situación. Ni siquiera la no presentación del frente kirchnerista será motivo para morigerar el festejo. Solamente valdrá el resultado de las urnas y lo que deviene a partir de eso. Entre las burbujas del champagne, surgirá la reivindicación del triunfo, la reafirmación de la candidatura en nombre del poderoso (¿o desgajado?) PJ y tal vez algún desafío de unidad. Todo es posible en ese marco pero después, obligatoriamente, habrá que hacer las lecturas que correspondan de una interna que es una Caja de Pandora, o algo parecido.

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Una de las mayores incógnitas, sin duda alguna, tendrá que ver con el porcentaje de votantes que pueda alcanzarse. Recordemos que lograr más de un 30% sobre un padrón de 150.000 electores, entre afiliados y ciudadanos independientes, sería una verdadera proeza y habría, claramente, una legitimidad total de los candidatos electos.