Comentario Político

lunes, 8 de noviembre de 2010 00:00
lunes, 8 de noviembre de 2010 00:00

Lo dijimos ayer en esta columna. La interna, un escándalo de urnas rotas, planillas inentendibles, resultados sospechados, sobornos y denuncias de fraude, terminó como había empezado: mal. Prueba ineludible de lo que expresamos es que, a la medianoche del domingo 7, la Junta Electoral no disponía de ningún resultado. La consecuencia es más que obvia: el peronismo, una vez más, concurrirá dividido a las elecciones provinciales de marzo. Por un lado, irán los que la Junta Electoral consagre en algún momento, y por afuera lo hará el Frente para la Victoria. Es decir que los deseos de unidad expresados por Jorge Moreno, el intendente Guaraz o el presidente del PJ, Daniel Barros, ya quedaron descartados. Tendrán que defender los prestigios peronistas por cuenta propia. Por allí les va bien.

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Al escándalo de una elección inoportuna, ya que antes debían haberse elegido autoridades partidarias legítimas y recién, con pleno consenso, llamar para cargos electivos, se sumaron situaciones que hablan de un peronismo desangrado. En los mentideros, nadie duda que el sector de Jorge Moreno fue colaborado por el Frente Cívico, y, por ello, en casi todas las pintadas con su nombre se puede leer la leyenda “socio de Silva” que, naturalmente, refiere al ministro de Gobierno Javier Silva. Esa ayuda, según las mismas fuentes, habría llegado después que los muchachos “renovadores” fueron a pedir plata, primero al operador presidencial Juan Carlos Mazzón y después a Luis Barrionuevo. Y nada de echarle la culpa al gobierno, que hace lo que le conviene, como lo hacía el peronismo en la década del 80.

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El Frente para la Victoria, por su parte, no puede mirar este barullo como si nada tuviera que ver. Aunque no haya sido con plata, varios dirigentes suyos ayudaron al sadismo en la Capital y el interior. Este pecado no es nada pequeño teniendo en cuenta que fue el gobierno nacional el que llamó a la abstención militante, pero, “a la hora de los bifes”, hubo quienes no cumplieron.

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