km 20/10

martes, 9 de noviembre de 2010 00:00
martes, 9 de noviembre de 2010 00:00

Es sinceramente insoportable, en muchas ocasiones, el acoso telefónico de empresas de servicios, aseguradoras, concesionarias y toda clase de firmas que meten mano en bases de datos para acceder a cualquier número telefónico y agobiar con ofertas. Prácticamente no queda casa de familia donde no se hayan recibido llamados de esta especie, considerada un “hallazgo del marketing”, que sin embargo suele saturar al indefenso receptor de los mensajes, que a veces se repiten con una frecuencia y un nivel de insistencia hartantes; con un agravante: más de una vez se trata de publicidades engañosas, o artimañas mediante las cuales se contacta al cliente-víctima haciendo mención a una tarjeta de crédito. Y cuando el consumidor advierte descuentos estrafalarios o simplemente superiores al acordado, la empresa remite a la tarjeta, la tarjeta al banco que opera el descuento y el banco a la firma que acercó la propuesta. Nadie se hace cargo y los trámites para cortar el vínculo –mientras los descuentos siguen su marcha- son complicados, extensos y tortuosos.
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¿Tiene derecho cualquier empresa o pseudoempresa que uno no sabe de quién es, dónde está o quién llama, a “entrar” cuantas veces quiera a un domicilio particular y ofertar productos sin que nadie lo solicite? Son, en el peor de los casos, vías de estafa institucionalizadas, que venden una cosa para entregar otra, anuncian premios que no son tales o describen supuestos beneficios sin mencionar la totalidad de los costos que generan. Y en el mejor de los casos, si la oferta es real pero a quien recibe el llamado no le interesa, estas comunicaciones son motivo de pérdidas de tiempo.
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En Buenos Aires y San Juan, ya rige legislación sobre el tema. En ambas se implementó un sistema que si bien no prohíbe estas llamadas, al menos respeta el derecho del usuario a rechazarlas. Se trata de registros denominados “No llame”. Quienes se inscriben allí, no reciben más llamadas como las mencionadas. Las empresas pueden avanzar con sus ofertas y propuestas con otros usuarios de teléfono, pero no con quienes hayan rechazado la modalidad de venta.¿Podría Catamarca sumar esta opción? Miles de comprovincianos, cansados de “fantásticas promociones”, lo agradecerían.
 

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