Tras los actos públicos del fin de semana, en el peronismo se suceden las especulaciones y nada parece estar definido. Por ejemplo, los distintos sectores aseguran que van a participar de la interna del 31 de octubre, pero aclaran que quieren reglas de juego transparentes. Esto, en política, no es una cosa pequeña. Significa que se reservan hasta el límite máximo para saber si existen garantías, las que precisamente no abundan en los partidos políticos. Se suman a esta situación las indefiniciones que tienen algunos dirigentes que son peronistas pero tienen un perfil independiente en la consideración pública. Son los casos del ingeniero Eduardo Pastoriza y Raúl Jalil, quienes junto a Lucía Corpacci, fueron los únicos que pudieron vencer al Frente Cívico durante los últimos 20 años.

Respecto a Pastoriza, hasta no hace mucho tiempo se lo ubicaba en cercanías del Partido Justicialista orgánico y de Luis Barrionuevo. Conforme a expresiones del propio interesado, la hipótesis ha quedado totalmente descartada y es mucho más probable que el ex diputado nacional, si es que alcanza algún acuerdo, vuelva a jugar con la Casa Rosada. Por lo menos esa sería la oferta que le hizo llegar el asesor presidencial Juan Carlos Masson, alter ego político de Néstor Kirchner. En los próximos días, se terminaría de abrochar el referido acuerdo, con lo cual la única duda a resolver sería determinar si Pastoriza es el candidato a gobernador o a intendente de la Capital.

A propósito del único triunfo que registra el Frente para la Victoria sobre el radicalismo, en el año 2005, en el acto que organizó la Corriente Nacional “Martín Miguel de Guemes” el pasado sábado, en San Lorenzo de Alem, aparecieron viejos dirigentes peronistas que han decidido incorporarse al espacio que encabeza Lucía Corpacci y, además, flamearon algunos carteles de una agrupación “23 de Octubre”. Esta formación no es casual, sino que reivindica la fecha de aquel histórico triunfo de la fórmula Pastoriza-Corpacci-Jalil.