Columna Política

lunes, 13 de septiembre de 2010 00:00
lunes, 13 de septiembre de 2010 00:00

El escándalo por cobros indebidos, que se investiga dentro del ámbito de la Cámara de Diputados de la provincia, no es un hecho infrecuente. Tampoco remite en forma exclusiva a ese territorio público. Y, sea como sea, compromete de manera absoluta a la clase política en general, por lo tanto las acusaciones entre sectores pueden convertirse, en algún momento, en verdaderos pelotazos en contra. El sumario administrativo que, según las autoridades, está en marcha y puede arrojar resultados concretos (esperamos que así sea) en los próximos quince días, seguramente va a determinar responsabilidades porque va a faltar dinero. Y si falta dinero, simple y sencillamente, será porque se escabulló por los circuitos de la falta de control, cuando no de irresponsabilidad. Y si hay voluntad política, con sólo ordenar la devolución, se lo puede recuperar.


Lo mismo ocurrió en tiempos en que la Cámara de Diputados era conducida por el doctor Guillermo “Kilo” Herrera, un hombre correcto, pero político al fin, a quien de manera increíble “se le escapó la tortuga”. Ulteriormente, saltaron irregularidades durante la efímera conducción del doctor Kelo Brizuela, cuando se pretendió establecer un aumento de sueldos con formas encubiertas. El caso, valga recordarlo, le costó la cabeza a quien, paradójicamente, había denunciado el hecho: el contador público y ex senador por Pomán, Moisés Yadón.


Y si seguimos “secreteando” hacia el pasado reciente, exponiendo los “pecados de omisión” de los políticos, podemos referir la cuestión del pago de licencias no tomadas en los tres poderes del Estado. Esta fue, durante años, una avivada más de quienes ocuparon transitoriamente cargos políticos. Una vez que terminaban el mandato argumentaban no haber tomado equis cantidad de licencias y alguien, benefactores con plata ajena, las autorizaban para su cobro. En síntesis: el poseedor de un cargo político, aparte de haber cobrado suculentos sueldos por hacer “poco o nada”, se encontraba con un regalo de 15.000 ó 20.000 pesos, a valores actuales, al terminar su gestión. En medio de esta grosería, solamente podemos destacar la acción del actual senador por Paclín, Jorge Agüero, quien confeccionó un proyecto para desterrar esta práctica totalmente corrupta.

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