Columna Política

sábado, 18 de septiembre de 2010 00:00
sábado, 18 de septiembre de 2010 00:00

El escándalo que rodea a la hostería “Polo Giménez”, que incluye incoordinaciones gigantescas entre diferentes áreas de gobierno, terminó castigando a dos personas que, seguramente, desean lo mejor para la provincia: el gobernador Eduardo Brizuela del Moral y el senador por Ancasti, Ricardo Boggio. El primero porque el emprendimiento forma parte de sus obras insignias y, suponemos, jamás pensó que su puesta en funcionamiento iba a resultar una verdadera grosería, donde se mezclan la falta de ética de sus funcionarios y hasta el avasallamiento a la autonomía municipal, en este caso de Valle Viejo, donde, definitivamente, se levanta la hostería. En el caso de Boggio, honestamente, creemos que pecó de inocente al incursionar en un tema con las características inequívocas, en términos políticos, de la cancha barrosa.


Los argumento dados por Boggio, al calor de los acontecimientos, fueron apenas una defensa instintiva. ¿Cómo puede decir, con tanta seguridad, que (la hostería) se emplaza en el departamento Ancasti cuando el ciento por ciento de la documentación dice que está en Valle Viejo? ¿Cómo puede discutir las motivaciones de la clausura cuando éstas resultan flagrantes? Lo que hizo después el bueno del “Gordo” Boggio, lo repetimos, pertenece a una descarga emocional. De ninguna manera puede despegar fajas (situación que se conoce por las fotos exclusivas que publicó ayer El Esquiú) que puso la autoridad de aplicación, abrir puertas que al momento de la decisión administrativa tienen que estar cerradas o decir que se trata de una cuestión ilegal. Lo que hizo no corresponde a un senador, el que sí puede presentar cualquier proyecto de repudio o de lo que fuere, pero en la Legislatura.


¿Existe trasfondo político en el escándalo del pasado viernes? Claramente sí. ¿O lo más lógico no sería que el intendente Jalile les dijera a las autoridades de turismo, al senador Boggio si fuera necesario o, llegado el caso, al mismísimo gobernador que se inauguró una hostería sin contar con los resguardos reglamentarios de la actividad comercial? Pero no, como no hay diálogo, se cometen errores que, lamentablemente, quedan expuestos ante el ciudadano común para mostrar las miserias del poder. Jalile se queja, desde hace rato, de que su departamento sufre la peor de las discriminaciones en envíos de coparticipación, en obras públicas que están paradas, etc. Y hay más: a pesar de lograr muchísimos votos en la interna radical, solamente por centésimas no le dieron la minoría, aunque quienes siguen la política saben perfectamente que se ha convertido en el principal opositor, desplazando a Oscar Castillo, a la conducción oficial.

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