KM 20/10

miércoles, 22 de septiembre de 2010 00:00
miércoles, 22 de septiembre de 2010 00:00

A propósito de la discusión por las hosterías que, directamente, tiene que ver con el turismo, ha surgido un hecho casi paradojal. Mientras el gobierno encaró la construcción de complejos muy importantes, como El Portezuelo o Cortaderas, existe una vieja y estratégica hostería que pertenece al Estado y está a punto de esfumarse en una mesa de remate. Nos referimos precisamente a la de El Rodeo, la principal villa veraniega de la provincia y cara visible de quienes visitan Catamarca. El caso está radicado en el juzgado de la doctora Jalile de Correa y, salvo que surja alguna intercesión milagrosa, pasará a manos de quien haga la mejor oferta a la hora del remate, situación que ya parece inevitable ante la pasividad y silencio que observa la municipalidad ambateña, la propietaria legal de la hostería.


El problema de la hostería rodeína comenzó en el año 1999 con una denuncia, por daños y perjuicios, de Juana Inés Juárez de Heredia contra el municipio por un accidente de trabajo. Han pasado ya 11 años, en los que se sucedieron administraciones distintas, y el tema ha avanzado hasta el punto de programarse la subasta y pedirse informes sobre la existencia, o no, de algún contrato de concesión. No sabemos cómo terminará esta historia, pero lo seguro es que, desde el punto de vista turístico, no hay coherencia. Si por un lado se gastan muchos millones de pesos en tal objetivo, y por el otro se descuidan cuestiones que tienen que ver con el mismo objetivo, que nadie tenga dudas del problema. Cosas como éstas, por caso, justifican plenamente que el gobernador le haya dado el “no va más” a la ex Secretaria de Turismo.


Mientras nos acercamos al “kilómetro 2011”, lo que ocurrirá el próximo 1 de enero, seguimos considerando temas generales, que son sustancia de esta columna. Ayer destacamos en el sector de informaciones que la Municipalidad de la Capital aplicó una multa de 40.000 pesos al Sanatorio Pasteur por haber tirado abajo la hermosa casona de calle Mota Botello, entre Salta y Rivadavia, donde supo vivir la profesora Graciela Mentasti y que se incluía dentro del patrimonio arquitectónico y urbanístico. Por ahora, solamente preguntamos: ¿40.000 pesos compensan tirar abajo parte del patrimonio de la ciudad?. Si es así, pobre patrimonio…
 

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