km 20/10

domingo, 26 de septiembre de 2010 00:00
domingo, 26 de septiembre de 2010 00:00

Las estadísticas oficiales en materia de criminalística no son precisamente alentadoras. Según la Dirección de Política Criminal dependendiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Catamarca no sólo es la segunda provincia con mayor delincuencia en el Noroeste argentino, sino que se ubica sexta en el país, una posición que revela un cuadro delictivo proporcionalmente más grave que los de lugares mucho más poblados como Buenos Aires, Córdoba o Tucumán. Que los índices ubiquen a Catamarca peor que otras 19 jurisdicciones provinciales es un hecho que debería preocupar al Gobierno.

Existen en torno a estas cifras algunas consideraciones necesarias. En primer lugar, es cierto que no son actuales, porque los números dados a conocer ayer por el organismo nacional corresponden al año 2008; pero al mismo tiempo se trata de las únicas cifras oficiales que circulan a nivel nacional en torno al accionar delictivo, de modo que es el único parámetro real mediante el cual puede ensayarse un análisis o comparación de lo que sucede aquí con relación al cuadro se presenta en el resto del país. Por otra parte, los números se basan exclusivamente en los casos que llegan a conocimiento de las sedes policiales, lo que automáticamente indica que el problema es mayor, ya que se sabe que sólo una mínima porción del total de delitos cometidos se denuncian. Una observación final deja abierta la incógnita: ¿en el transcurso de 2009 y lo que va de 2010 habrá mejorado o empeorado el panorama?

Lo concreto es que el impacto de la información en la comunidad sirve también como indicador, ya que la lectura del informe de la Dirección de Política Criminal causó toda clase de sensaciones, menos sorpresa. La razón es sencilla: los catamarqueños conviven con el delito cotidianamente, y no necesitan de ningún gráfico explicativo para comprender la seriedad del problema. Lo saben porque padecen arrebatos, robos de motos, hurtos y robos domiciliarios cada día. Cuando los partidos políticos ordenen los sondeos de opinión para saber cuáles son los problemas que más preocupan a la sociedad, no deberán sorprenderse cuando la inseguridad tenga una mención protagónica , quizá en el mismo nivel de la falta de trabajo genuino.

 

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