El inicio de la primer semana hábil del año, en lo que hace a la política, contiene las mismas expectativas que las que existían al terminar el 2010. El gobernador ha prometido que, “entre lunes y martes”, anunciará la fecha de las elecciones. Nada será sorpresa y el anuncio, para bien o para mal, se convertirá en un nuevo trago amargo para el sistema democrático. Es que estas cosas, en una sociedad organizada y con convivencia democrática efectiva, no deberían existir. El primer mandatario, desde lo legal, tiene todos los derechos para determinar la fecha cuando se le antoje, pero hace uso de una especulación muy grosera. ¿Por qué los partidos políticos deben esperar que al gobernador, el actual o cualquier otro, se le ocurra mantener el misterio hasta último momento? ¿No debería existir certeza electoral para que los participantes se preparen y elijan los mejores candidatos?
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Lo expresado en el bloque anterior, como es lógico suponer desde el periodismo, será oportunamente materia de un análisis más amplio. Lo urgente e inmediato tiene que ver con los participantes de la elección. El radicalismo, conductor omnímodo del Frente Cívico, debe definir si Brizuela del Moral irá por un tercer mandato o si, finalmente, Ricardo Guzmán será el sucesor. Las últimas señales que ha dado el propio gobernador, hacen pensar que volverá a postularse, lo cual abre nuevos análisis en cuanto a esta lógica de eternizarse en el poder que, sin embargo, está respaldada por la Constitución Provincial.
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En lo que se refiere a la oposición, comienzan días decisivos. El kirchnerismo ha prometido una gran alianza electoral y tiene que comenzar a mostrar sus cartas. ¿Quiénes serán los integrantes del conjunto que pretende arrebatarle el poder a Brizuela del Moral? Por lo pronto, los distintos pensamientos apuntan a que Lucía Corpacci sea la conductora, tal cual expresaban los carteles del importante acto que se realizó el miércoles pasado en Prado y 9 de Julio. Desde allí para abajo, todo es una gran incógnita. El PJ, como se sabe, irá por cuerda aparte.