Es tiempo político y el rodaje por el kilómetro 2011 se acelera rumbo a la elección. Como lo anticipamos hace meses, nadie “da puntada sin hilo” pero, de todas maneras, varios han comenzado a mostrar las cartas en la pelea por las candidaturas o por las reelecciones. En ese menester ninguno trepida en adjudicarse valores políticos, lealtades y adhesiones a tal o cual sector o personas, en tanto la pelota va y viene en un terreno sumamente barroso que, por lógica, torna inciertos los resultados. Tanto en el FCyS como en el FPV, lo aseguramos desde ya, es mucho lo que falta por discutirse y, por añadidura, saber cuál será el destino final del PJ y los partidos chicos.
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También comienzan a aparecer los primeros desencantados. La Convención de la UCR tuvo un éxito en lo general, con el acuerdo de la fórmula, pero para abajo se discutirá todo a brazo partido, en una pulseada que recién finalizará en la fecha de presentación de las listas. Uno de los que ha expresado su disconformidad es Renato Gigantino que, casi en una misión imposible, pide internas. Sabemos que es sólo “una apurada”, pero le sirve al diputado para meterse en la pelea, a punto tal que también se anota como postulante a la intendencia. Desde su sector, en otra de las flagrantes contradicciones, dicen que tiene buenos números de encuesta, pero en la interna del 6 de junio logró una magra actuación.
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Otro que deambula en la contradicción es Elpido Guaraz. Amén de que no puede solucionar la grave situación institucional que existe en su territorio, se anota para cuenta elección pueda haber y siempre de candidato, en una muestra de aprovechamiento que llega al asombro. Por la interna del PJ, en la que lo votaron unos cuantos y no miles como mintió la conducción partidaria, es candidato a senador. Pero además quiere repetir como intendente en una carrera de capturar cargos que lleva más de 20 años. La pregunta obligada: ¿nadie más que Guaraz puede ser el candidato principal en la jurisdicción de Bañado de Ovanta?