Km 20/11

miércoles, 16 de marzo de 2011 00:00
miércoles, 16 de marzo de 2011 00:00

“Les guste o no les guste vamos a gobernar veinte años más”, la ya famosa frase de Eduardo Brizuela del Moral, volvió furiosamente al centro de la escena, pero curiosamente no es la prensa ni el Frente para la Victoria quien la reflotó, sino reconocidos dirigentes del radicalismo. Ocurre que el exhabrupto es ahora considerado un símbolo por los sectores que, dentro del infierno que es la interna radical, no dudan en apuntar al Gobernador al momento de señalar al máximo responsable de la debacle electoral. Quienes cuestionaban como tendenciosa la premonitoria nota de El Esquiú.com que revelaba que el búnker del Frente Cívico estaba “Al borde de un ataque de nervios” (publicada el jueves 10 de marzo en página 2), pueden comprobar la situación con un simple recorrido por los principales despachos de Sarmiento y República.
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El hecho es que en la conferencia de prensa ofrecida el martes, Brizuela relativizó sus propios dichos, con el clásico argumento de que la prensa lo sacó de contexto y tergiversó sus afirmaciones. Por solidaridad profesional, los periodistas de varios medios se miraron entre sí y ninguno retrucó, guardando un respetuoso silencio. Pero todos los medios de comunicación de Catamarca saben que nadie alteró las palabras de Brizuela, porque la frase llegó textual en un parte de prensa oficial. ¿Por qué los periodistas no lo recordaron en la conferencia? Porque rápidamente calcularon que se perjudicaría a un colega, el responsable de enviar el parte.
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Pero existe aquí un elemento más para analizar. Suponiendo que realmente Brizuela no haya dicho lo que dijo, y sabiendo el peso de sus palabras (no en vano hace 40 años que hace política), ¿por qué no lo desmintió o aclaró antes? La respuesta es simple, porque efectivamente lo dijo, como ya había dicho antes que había Frente Cívico para “20, 40 ó 60 años más”. No lo aclaró porque eran la clase de bravuconadas que en el espejo se le ocurrían geniales cuando ganaba, y no calculó que esta vez iba a perder. Una mala frase, en definitiva, es un detalle menor para alguien que está permanentemente tan expuesto. Es de esperar que al menos asuma esa equivocación sin culpar a nadie.

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