El parque industrial El Pantanillo presenta un estado de desidia y abandono. Lejos de mostrar un perfil productivo, muestra un panorama sombrío y desalentador.
Las malezas en los predios abandonados, la falta de servicios, el deplorable estado del pavimento y la polvareda que dejan sus calles de tierra atentan contra cualquier inversor.
“El Pantanillo es un cementerio de fábricas”, así lo termina de definir Luis Laza, propietario de la fábrica Recuperadora de Materia Prima Reciclable que se asienta en el espacio industrial.
Esta fábrica de reciclado inició su proyecto hace diez años, pero hace seis que se instaló en El Pantanillo; allí trabajan 14 empleados pero indirectamente más de 50 personas se relacionan laboralmente. Produce 160 toneladas de cartón por mes y 12 mil kilos de bolsas de nylon. Jamás tuvieron ayuda oficial, ni mucho menos beneficios económicos que por lo menos le permitan incorporar maquinaria. En diálogo con este diario, aseguran que “están olvidados”.
Laza asegura que el parque industrial está en decadencia y que los problemas estructurales que lo aquejan hace años nunca tuvieron eco en el gobierno de la provincia.

Problemas estructurales

“Acá no hay energía, faltan accesos a las fábricas, no hay servicio de limpieza, no tenemos alumbrado público, no existen las garitas para la gente que debe esperar un colectivo, el servicio de transporte es pésimo, no tenemos agua, teléfono, Internet y la lista sigue”, señala Laza con pesar y describiendo un triste panorama.
Además remarcó que durante los años que llevan radicados en El Pantanillo, nunca se acercó una autoridad a su fábrica para escuchar sus demandas.
Según un recuento extraoficial, cerca de 15 fábricas estarían funcionado en el predio, y la gran mayoría que contó con el beneficio de la Promoción Industrial, están sin actividad.
“Este gobierno nunca tuvo un perfil productivo vinculado a la industria, siempre se abocaron a la agricultura y al campo, pero jamás se le dio respuesta a la manufactura; y creo que eso en parte explica el desempleo de Catamarca”, señala Laza, quien además comenta que hace un par de años le pidieron al gobierno municipal que realice la rotonda de acceso al parque y que elabore un plan de pavimentación, pero fue en vano: “tampoco lo hicieron”.
El último informe dado a conocer por el Ministerio de Producción indica que sólo 181 hectáreas del parque se encuentran ocupadas, y que en ellas se emplazan 41 empresas industriales, comerciales y de servicios.

Predios inactivos

Lo curioso es que la mayoría de los propietarios coinciden que hace años que no se realiza un reempadronamiento de las fábricas radicadas en El Pantanillo.
A sola vista, se puede observar predios inactivos que presentan signos de abandono, pero que en los informes oficiales se los menciona como fábricas en “refacciones”.
El parque industrial también está habitado por algunos depósitos, adjudicados a entes oficiales, pero que no están siendo aprovechados.
“Se debería hacer un relevamiento serio, donde se aporten datos sobre la situación de las fábricas; hay muchas empresas que están en juicios, o que tienen adjudicado un predio pero que en realidad son fábricas ficticias”, indicó Laza.

Sin infraestructura y pocos servicios

Raúl Cardozo, presidente de la Cooperativa Encata, remarca que el actual gobierno jamás hizo obras de infraestructura. “Aunque parezca increíble, El Pantanillo no cuenta con agua potable, gas natural, ni qué hablar de energía, nunca hubo inversión”, afirmó.
Los espacios comunes del predio industrial carecen de mantenimiento, las banquinas están tapadas de maleza y los caminos internos del área fabril están en muy malas condiciones. Incluso hay varias calles de tierra, tampoco hay señalización.
“En los años ‘80, al Pantanillo llegaban entre 10 a 15 líneas de colectivos; hoy sólo pasan 3. Nadie hace nada. Al ministro Bellón recién lo conocimos después de la visita de la Presidenta de la Nación, pero cuando esta empresa se dio a la quiebra al gobierno jamás le importó”, remarca el presidente de la cooperativa de trabajadores.
“Este gobierno no entendió que si se abre una fábrica, hay trabajo, y si no, te morís como empleado público o albañil”.