En menos de 24 horas, la OTAN reconoció haber cometido dos errores militares en Libia. El primero consistió en atacar una columna de los rebeldes antigadafistas supuestamente amigos de las fuerzas internacionales. El segundo entrañó la muerte de civiles a quienes la Alianza está en la obligación de proteger.

El sábado, el gobierno libio denunció que la OTAN había bombardeado el barrio de El Arada en la capital dando muerte a nueve civiles, cinco ellos miembros de una familia, e hiriendo a otras 18 personas. La televisión mostró imágenes de los cuerpos corroborando la versión oficial. En una primera respuesta, la OTAN dijo que estaba investigando los hechos ocurridos durante un ataque perpetado en la madrugada y dirigido contra un sitio militar que guardaba misiles de las tropas de Gadafi. La Alianza añadió que, en cualquier caso, lamentaba la muerte de civiles durante sus operativos militares. Horas mas tarde, la OTAN emitió un comunicado en el que admitía que el mal funcionamiento de un proyectil pudo haber causado la muerte de civiles y que, según los indicios, « un fallo de un sistema de armas pudo haber causado este incidente”.

Ya la OTAN había reconocido que sus aviones habían atacado por error a las fuerzas antigadafistas el jueves 16 de junio en Brega, al este del país. Un error que, dicen los rebeldes, dejó 16 insurgentes heridos. La explicación que da la Alianza es que en un escenario de combate particularmente complejo y fluido se valoró que una columna de vehículos detectados en el lugar suponía una amenaza para los civiles y que, por ello, fueron atacados. .