Perú elige presidente

Balotaje polarizado entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori

sábado, 4 de junio de 2011 00:00
sábado, 4 de junio de 2011 00:00


Los peruanos acudirán mañana a las urnas para elegir en segunda vuelta al próximo presidente entre dos candidatos, el nacionalista Ollanta Humala y la conservadora Keiko Fujimori, que han polarizado las opiniones como nunca y han provocado que, a 24 horas de los comicios, sea virtualmente imposible arriesgar un pronóstico fundado sobre cuál de los dos será el ganador.

Humala pareció sacar una luz de ventaja ayer con la difusión de la última encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, que lo ubicó con 51,8 por ciento de los eventuales votos válidos contra 48,2 por ciento de Fujimori.

Para las otras grandes encuestadoras locales, los dos candidatos llegan al comicio en situación de empate técnico (diferencia de adhesiones menor al margen de error de los sondeos), con Humala levemente mejor perfilado según la firma CPI y Fujimori con ventaja mínima según las empresas Datum e Ipsos-Apoyo.

Aunque los últimos sondeos no lo especificaron, los analistas creen que hasta el momento de emitir el sufragio habrá una alta proporción de indecisos, debido al hecho de que tanto el teniente coronel retirado de 48 años como la legisladora de 36 representan opciones que son percibidas como capaces de introducir cambios de fondo en las instituciones y la economía, y por ello concitan adhesiones y rechazos muy firmes.

Por más que abandonó su antigua identificación con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y se mostró en esta campaña más próximo al ex mandatario brasileño Luiz Lula da Silva, Humala es asociado a la corriente de gobiernos de la región que han introducido una mayor participación del Estado en la vida política y económica de los países.

A la vez, Fujimori es percibida por muchos como la posibilidad de que con ella regresen a Perú muchas de las políticas de su polémico padre, Alberto, hoy preso por delitos de lesa humanidad y corrupción ocurridos durante su mandato presidencial (1990-2000).

Por eso los dos, cada uno a su manera, en las ocho semanas transcurridas desde la primera vuelta intentaron comunicar que los cambios que prometen serán graduales y que no modificarán sustancialmente las reglas institucionales que rigieron en la última década.

Para ello, cada uno consiguió la adhesión de políticos y otras personalidades identificados con las corrientes de opinión más moderadas.

En ese sentido, los principales apoyos de Humala son el ex presidente Alejandro Toledo y los célebres escritores Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique, mientras los de Fujimori son los ex candidatos presidenciales Pedro Pablo Kuczynski y Luis Castañeda.

Muchos analistas sospechan que también Fujimori cuenta con el favor del gobierno del presidente Alan García, obligado constitucionalmente a guardar neutralidad frente al proceso electoral.

Tal vez por esa razón, Humala y varios de sus principales voceros agitaron en las últimas semanas la supuesta posibilidad de que haya maniobras de fraude destinadas a perjudicarlo.

Si las hubiera, contrastarán con lo ocurrido en la primera vuelta, cuando todos los observadores electorales locales e internacionales coincidieron en resaltar la corrección con que desarrollaron los comicios del 10 de abril.

El clima de polarización, que incluyó por primera vez la toma firme de posición a favor de un candidato u otro por parte de la mayoría de los medios periodísticos locales, tuvo también en las últimas horas condimentos propios de una competencia fuera de las reglas.

Medios afines a Humala denunciaron una “guerra sucia” contra el candidato nacionalista, consistente en llamadas telefónicas, instalación de páginas de internet y distribución de panfletos falsos, todo ello con la finalidad de desprestigiarlo, y lo atribuyeron a servicios de inteligencia. El comando de campaña de Fujimori rechazó que haya tenido cualquier tipo de participación en esas maniobras.

Casi 20 millones de ciudadanos están habilitados para votar en alguno de los 4.781 centros de votación. De ellos, unos 750.000 ciudadanos y 208 mesas están radicados en el exterior, y en la Argentina se encuentra el tercer mayor padrón fuera de Perú, detrás de Estados Unidos y España.

Los comicios estarán abiertos entre las 8 y las 16 (las 10 y las 18 en la Argentina). Fuentes de las misiones de observadores internacionales dijeron a Télam que probablemente entre las 21 y las 22, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) esté en condiciones de divulgar un resultado que muestre una tendencia representativa y firme.

Ayer, analistas y políticos locales habían expresado el temor a que la difusión de los datos oficiales del escrutinio demorara algunos días si efectivamente hubiera muy poca diferencia entre los votos obtenidos por cada uno de los candidatos, pero esto no parecía probable hoy en medios relacionados con la organización del acto comicial.

Lo que sí representa una incógnita es si la concurrencia a las urnas será normal en el departamento Puno, en el sur del país, donde en varias de sus provincias se mantiene desde hace tres semanas una huelga contra la actividad minera que incluye bloqueo de accesos y hasta de pasos fronterizos con Bolivia, y cuyos líderes habían amenazado con impedir el normal desarrollo de la jornada electoral.

Puno es uno de los principales bastiones electorales de Humala, que en la primera vuelta obtuvo en ese departamento 62 por ciento de los sufragios válidos contra apenas 15 por ciento de Fujimori.
 

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