Mediante una denuncia de dos extrabajadores, quedó al descubierto la complicada situación de muchos empleados de los municipios del interior.
Francisco y Adán Soto se presentaron en la Subsecretaría de Asuntos Municipales donde hicieron pública su denuncia contra la intendenta de Ancasti, Blanca Reyna, por “persecución política” para luego dejarlos sin trabajo.
Según señaló Francisco Soto, él trabajaba para el municipio en la planta de agua potable desde 2006, pero de una forma precaria. Cansado de esta situación, él junto a otros compañeros se presentaron en el municipio solicitando el blanqueo de su sueldo y una mejora salarial, teniendo en cuenta que es el único ingreso de su familia. No obstante, el exempleado municipal no sólo recibió la negativa de parte de la comuna, sino que al otro día directamente fue echado de su trabajo
“Cobraba 600 pesos y este último año empecé a cobrar 1000”, indicó Soto al tiempo que agregó que “luego que pedimos la mejora salarial, al otro día me llamaron para decirme que prescindían de mis servicios”.
El damnificado aseveró también que por su reclamo, hasta el día de hoy no pudo cobrar su último sueldo.
Por otra parte, Soto afirmó que intentó acercarse al senador por Ancasti, Ricardo Boggio, para pedirle una solución, pero éste “se esconde y no nos quiere recibir”.
Asimismo indicó que hace siete años el propio senador “hizo que pierda una buena oportunidad de trabajo en el sector privado, porque me prometió que me iba a mejorar la situación en el municipio”.
Por su parte, Adán Soto indicó que también trabajó en el municipio “en negro, cobrando entre 400 y 800 pesos”, pero de un día para otro fue dejado sin trabajo “cuando fuimos a pedir una mejora salarial”.
Por último, los hermanos Soto indicaron que realizaron una presentación judicial contra la municipalidad de Ancasti, y en el caso de que no haya una respuesta tomarán “medidas extremas”, como cortes de ruta.