Fuentes de la Casa Blanca indicaron a la agencia Europa Press que Obama no anunciará cambios concretos, sino los mecanismos que se crearán para acordarlos y llevarlos adelante.

La iniciativa responde a los reclamos de ciertos sectores sociales y políticos para que se limite la venta de armas, en particular las de calibre de guerra, y de municiones para evitar matanzas como las cuatro que se han producido en el 2012.

En su visita a Newtown, la ciudad donde se produjo la última masacre, el presidente aseguró que usará "todos los poderes" de su cargo para impedir que este tipo de tragedias se repitan.

El control de las armas ha tenido una importancia secundaria para la mayoría de los políticos del país debido a la popularidad que la tenencia de armas tiene en Estados Unidos y al poder de la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso lobby de la industria armamentística.

El derecho constitucional a la tenencia de armas es considerado por muchos estadounidenses como inamovible e incluso ante tragedias como la reciente los políticos no han dado pasos específicos para limitar el acceso a armamento.

Este martes, la Casa Blanca enumeró algunas medidas para controlar las armas que Obama podría apoyar. Así, su portavoz, Jay Carney, dijo que el presidente respaldaría los esfuerzos de la senadora Dianne Feinstein de restaurar la prohibición sobre las armas de asalto como la utilizada en la reciente masacre.