En la última audiencia del juicio oral, el presunto agresor volvió a declarar y quedó más cerca de la condena. Los otros implicados, Pablo Díaz y el "Gallego" Fernández de la Unión Ferroviaria tampoco pudieron despegarse del asesinato.

La última audiencia del año del juicio oral y público por el asesinato del joven militante Mariano Ferreyra tuvo como protagonistas las voces de dos de los acusados que permanecen detenidos en calidad de partícipes del hecho.

Cristian "Harry" Favale, el barra brava del club Defensa y Justicia acusado de ser uno de los tiradores que mató al activista del Partido Obrero, prestó declaraciones, con el objetivo de descalificar un nuevo testimonio que lo dejó en una situación más comprometida. Por cómo se han venido desarrollando los alegatos en su contra, es difícil que Favale pueda sortear una condena.

Otro de los que no quedaron bien parados fue el delegado de la Unión Ferroviaria, Pablo Díaz, quien es apuntado por la querella por haber sido el que manejó la patota que hostigó a los manifestantes aquel 20 de octubre de 2010.

La cadena de mandos delictiva, que arranca en Favale y pasa por Díaz, se extiende hasta Juan Carlos "El Gallego" Fernández, mano derecha del ex titular del gremio José Pedraza. El sujeto en cuestión también habló en la audiencia de ayer, y sostuvo que el juicio es "un relato armado", intentado desmentir la idea de que la Unión Ferroviaria sea una "organización vertical".

"El Gallego" destacó que la aquello que motivó la protesta de los tercerizados, la precarización y flexibilización laboral, continúa hoy en día. "En el ferrocarril se sigue tercerizando. Se están haciendo obras de electrificación que están a cargo de una empresa privada. Siempre se hizo así."

Siguiendo la estrategia del resto de los imputados, la mano derecha de Pedraza intentó despegarse de la violencia descargada contra los militantes del Partido Obrero y los tercerizados. Al respecto, aseguró que un día antes del crimen estaba "más preocupado por Independiente (le ganó 4-2 a Defensor de Uruguay por la Copa Sudamericana) y por las paritarias... no estaba pensando en matar a nadie".

No obstante, luego reconoció que el bloqueo de las vías férreas anunciado por los trabajadores tercerizados le generaba tal nerviosismo que le propuso a Pedraza "parar los trenes" ese día. “Pedraza me dijo luego que habló con (el entonces secretario de Transporte, Juan Pablo) Schiavi, que éste se iba a ocupar y que de parar los trenes, ni hablar".

Además, Fernández desconoció tener relación y contacto alguno con el barra brava Favale. Sin embargo, no pudo burlar la acusación ya que el el tribunal le exhibió llamadas telefónicas que muestran que cuando los hechos iniciaron su desenlace, el "Gallego" llamó a Pablo Díaz y éste, inmediatamente mantuvo un diálogo con Favale. "Mi preocupación era que no pasara nada, que no tuviéramos que lamentar heridos", justificó Fernández.

Por último, el tribunal desestimó otro de los pedidos y argumentos de las defensas: Casación rechazó las recusaciones esgrimidas contra los camaristas y contra el fiscal Mariano Domínguez. El juicio pasó a un cuarto intermedio y se reiniciará el 15 de enero.