Si bien el vicepresidente Nicolás Maduro, designado como el sucesor, aseguró recientemente que “más temprano que tarde se verá a Chávez en su patria”, todo indica que ya preparan la sucesión.

Los pasos a seguir serían los siguientes: primero asumiría provisionalmente el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Luego llamarían nuevamente a elecciones. Y finalmente, en caso de obtener un nuevo triunfo, llegaría Maduro a la presidencia.

Esto se produce en el marco de rumores sobre crecientes disputas al interior de la coalición gobernante, protagonizadas por Maduro y Cabello.

“Estamos unidos hoy más que nunca, hermanados. Hemos jurado frente al comandante Hugo Chávez que nosotros vamos a estar unidos con la lealtad más grande de la historia”, aseguró el diputado para desmentir los rumores.

Las alternativas que se manejaron estas semanas, en caso de que Chávez se mantenga estable, serían aplazar la fecha de asunción o hacerlo asumir en La Habana.

“La Constitución es clara, si el día 10 de enero no está el presidente por alguna razón sobrevenida, se juramentará ante el Tribunal Superior de Justicia. ¿Dónde? No dice dónde. ¿Cuándo? No dice cuándo. No podemos arrebatarle al pueblo el derecho de las mayorías del 7 de octubre solamente para complacer a la burguesía venezolana”, había afirmado Cabello el pasado 25 de diciembre en un discurso televisado.

Sin embargo, la oposición rechaza esa posibilidad, ya que asegura que el proceso constitucional es improrrogable. De la misma forma, sostienen que la ceremonia debe realizarse necesariamente ante la Asamblea Nacional.

La sucesión de declaraciones opositoras sobre la posible muerte de Chávez y sobre su imposibilidad para asumir la presidencia provocaron la reacción de Maduro.

“En estos 22 días que han pasado, el Gobierno, las fuerzas revolucionarias, hemos sacado no menos de 26 comunicaciones, pero la derecha necrófila quiere que se diga la verdad nefasta que ellos desde hace muchos años están buscando en contra de Chávez”.