Muchos países de América Latina cuentan con importantes colectividades sirio-libanesas con mucho que ofrecer en términos de ayuda humanitaria.

"En América Latina hay inmigraciones de países como Siria y el Líbano que datan de finales del siglo XIX. Por tanto hay muchas comunidades que, más allá de que han pasado muchos años, es de esperar que presten ayuda activa a sus familiares para que puedan afincarse aquí y comenzar una nueva vida", explica George Chaya, profesor de Historia y analista político experto en Oriente Medio.

Es cierto que todavía no hay una tarea coordinada de las distintas instituciones que están afincadas en los países de la región, pero sí hay casos de organizaciones que están haciendo grandes esfuerzos por prestar apoyo a los desplazados.

"Hay una iniciativa importante por parte de la Iglesia Ortodoxa, porque la situación de los cristianos en Siria es muy preocupante, ya que son los más vulnerables y habituales blancos de ataque de los sectores más extremistas de la oposición. Pero son iniciativas ecuménicas, no tanto de traer refugiados", dice Khatchik Der Ghougassian, PhD en Estudios Internacionales de la Universidad de Miami.

La región tiene el desafío de cumplir un rol de contención ante una tragedia humanitaria que ya provocó más de 100 mil muertos y obligó a millones de personas a abandonar su hogar. Los gobiernos latinoamericanos tienen la oportunidad de dar cabida a civiles, funcionarios y diplomáticos sirios que desean abandonar el régimen sanguinario y violento de Bashar Al Assad.

Meses atrás, el secretario de la representación siria en Chile abandonó su cargo tras acusar al gobierno de "ser responsable de las matanzas". Ayham Adi confirmó  que dejó su cargo por considerar al régimen como responsable de la matanzas, "por eso se ha negado todo el tiempo a recibir medios de comunicación neutrales".

En vísperas de una intervención militar, los países de América Latina deben garantizar la seguridad de quienes se oponen a la brutal represión del régimen.
"No son tan fáciles los desplazamientos a América latina, y no hay un vínculo con las comunidades sirio-libanesas que vaya mucho más allá de las tradiciones y las costumbres. El refugio se ha buscado sobre todo en los países limítrofes. Además, los sirios tienen parientes más jóvenes en Estados Unidos y en Europa por los desplazamientos generados por las matanzas que cometió Al Assad padre", cuenta Jorge Elías, periodista y miembro del Instituto de Política Internacional de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas de la Argentina.

Sumando los que se encuentran dentro y fuera del país, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que el conflicto en Siria, que comenzó en 2011 con intensas protestas contra el régimen de Bashar Al Assad, ya provocó más de 6 millones de desplazados.

De ellos, 1.911.282 son refugiados que se reparten principalmente entre en Líbano (684.219), Jordania (516.449), Turquía (434.567), Egipto (107.112), Irak (15.935) y el Maghreb (14.000). El resto son más de 4 millones de personas desplazadas en distintas áreas del país.