Opinión

El uso político de los “vagos, ociosos y malentretenidos”

martes, 7 de marzo de 2017 00:25
martes, 7 de marzo de 2017 00:25
Por Miguel Julio Rodríguez Villafañe (*)


Vivimos un momento de una grave y cruel hipocresía estatal. Por un lado se dice que se quiere eliminar la pobreza, pero los actuales funcionarios gubernamentales nacionales se oponen, en general, a los planes sociales, porque entienden que es populismo deficitario y poco a poco hay que acabar con ellos, y por el otro lado no se generan nuevos empleos, ni se preservan los que existen.
 
Cuántas veces se sostiene, irresponsablemente, que los pobres se llenan de hijos para cobrar el subsidio. Y todos los días se asiste al cierre de fuentes de trabajo privadas y públicas, y se lo justifica como daños colaterales de una política económica que se ocupa de beneficiar a los poderosos y que ahorra dinero público para pagar deudas externas usurarias.
 
O sea, con ese criterio tramposo se manifiesta que los planes sociales generan vagos, mientras no se garantiza que se logre tener trabajo. Así, pareciera que la única fórmula para eliminar a la pobreza es matando físicamente a los pobres, como lo está haciendo sutilmente la droga con el "Paco”, porque las otras salidas en dignidad, no aparecen como objetivos serios en los que se esté trabajando concreta y eficazmente.
 
Eso sí, para prevenir la desesperación de los excluidos, el Estado se ocupa muy bien de invertir en armas y policías y quiere detenerlos y encarcelarlos cada vez más niños. 

 
Me gustaría ser esclavo

Hace un tiempo, me encontraba en un local de "Caritas” y una persona se me arrimó y me dijo, "usted sabe que me gustaría ser esclavo”. "¿Cómo es eso?”, le pregunté. A lo que me contestó: "Claro, si fuera esclavo tendría un valor de comercialización y por lo tanto, alguien se ocuparía de darme de comer, cuidaría mi salud y me ofrecería un techo.
 
Lamentablemente ahora que soy un desempleado, si bien soy libre y no esclavo, nadie me asegura un trabajo para poder obtener comida, salud y techo para mí y mi familia”. Esta sensación de desamparo resulta desesperante y la misma sociedad la hace sentir peor, agregándole una carga moral, cuando se dice "ese no trabaja porque es vago”.

 
Vagos

La historia demuestra cómo los poderosos han instrumentado el concepto de vago y desempleado según sus intereses. 

El 18 de abril de 1822, Martín Rodríguez promulgó un decreto que regulaba sobre los vagos y malentretenidos. Esta norma permitía apresar y enviar al servicio militar, por el doble de tiempo del enrolamiento voluntario, a los que se tuviera como vagos. El decreto autorizaba al juez de Paz a arrestar a quienes no demostraran que tenían trabajo.
 
La "papeleta de conchabo” era fundamental tenerla, sin embargo dicha constancia patronal no daba derecho a estabilidad laboral, ni sueldo digno, ni otros beneficios sociales, ni vacaciones pagas, sólo servía para que el portador no sea arrestado como vago y enviado a los fortines, ya que tenía un patrón bajo cuyas órdenes trabajaba y le daba el conchabo.
 
La lógica era que había que agradecer al que lo explotaba laboralmente porque de esa manera el Estado no lo castigaba.

Los ociosos o vagos eran vistos como personas que atentaban contra el orden moral de la sociedad y ponían en peligro la paz y la unión del país.
 
El estereotipo de ello que se combatía era, especialmente, "el gaucho”, para dolor de nuestra historia y ser nacional. 

Esta costumbre legal injusta e hipócrita se prolongó, de acuerdo a las necesidades de quienes detentaban el poder, durante todo el siglo XIX y hasta casi la mitad del siglo XX en Argentina.

De esta forma, el Estado se aseguró hombres para el ejército y los pudientes tenían de esta forma mano de obra barata para sus emprendimientos, garantizada por el Estado. Todo ello, en una verdadera encerrona legal perversa a los más débiles.

 
Derecho humano ignorado

La moraleja es triste, ya que cuando a algunos les convenía, no se podía aceptar que alguien no tuviera trabajo y podía ser arrestado por considerarlo vago. Ahora, los mismos que se aprovecharon del trabajo exigido a los que llamaban vagos, se desinteresan de ellos y no se ocupan, adecuadamente, de que se puedan dignificar con empleos dignos, para ganar su pan.
 
El artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que tiene jerarquía constitucional en Argentina, indica que "toda persona tiene derecho al trabajo… y a la protección contra el desempleo”.

Lamentablemente, la política actual no parece concentrada en la protección de las fuentes de trabajo, con políticas contra el desempleo, cada día se despiden más empleados del Estado y se cierran fábricas o se reduce personal y tampoco se asegura el derecho a tener trabajo.

Resulta fundamental reflexionar sobre estos dos objetivos básicos, para poder construir, seriamente, una sociedad justa para todos. Tenemos que trabajar para hombres y mujeres libres y que no anhelen la esclavitud, porque ello sería un grave fracaso para la humanidad.


(*) Abogado constitucionalista  y periodista

4%
Satisfacción
4%
Esperanza
37%
Bronca
29%
Tristeza
0%
Incertidumbre
25%
Indiferencia

Comentarios

7/3/2017 | 14:07
#149006
El firmante de la nota sabe perfectamente que un país para brindarle oportunidades a sus habitantes debe tener riqueza producto del sostenido desarrollo de sus potencialidades, del ahorro, de las inversiones y de la laboriosidad de su gente. Hubo un pais antes de Perón y otro que nos legó, que sigue navegando en aguas tormentosas sin encontrar rumbo, todos queremos vivir gratis del Estado, puede caer Macri, como sucedio con todos los gobiernos que no fueron peronistas, pero que nadie sueñe que saldremos sin sacrificios, tarde o temprano la verdad nos golpeara sin piedad. No fuimos capaces de hacer un sacrificios para las generaciones futuras. Es muy fácil aventar tormentas, total tenemos poca capacidad de reflexión, la mayoría somos estructuralmente analfabetos.
7/3/2017 | 13:20
#149005
12 años de gobierno y 30% de desocupación y miseria en un año yo creo que nadie puede hacer mucho, los kichneristas deberían saber eso, no ser ipócrita
7/3/2017 | 12:55
#149004
La historia que cuenta Miguel Julio Rodríguez Villafañe ocurrió durante el gobierno de CFK, por lo tanto no hay forma de echarle la culpa al actual.
7/3/2017 | 12:35
#149003
Disculpame, Miguel. Pero si algo caracterizó al anterior gobierno fue la defensa del empleo a ultranza y la contención de los más vulnerables. A este no le importa un carajo. Y si estamos como estamos, es por las políticas que llevan adelante los cráneos del equipo económico. Basta de culpar a la herencia!
7/3/2017 | 11:40
#149002
Hoy los opinologos hablan y escriben lo que el gobierno anterior hizo y se callaron la boca y dejaron este pais en la situacion que se encuentra.

Otras Noticias