Por primera vez, dos de los gremios con mayor movilización se encontraron y ya ratificaron medidas de fuerza conjuntas. Se trata de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM) de la Capital. 

El dúo gremial, que nuclea a los empleados de la Provincia y de la comuna capitalina respectivamente, realizará mañana por la mañana una movilización y paro que promete, por la envergadura de los sindicatos, alto impacto.

El entendimiento de los Arévalo (Ricardo Arévalo de ATE y Walter Arévalo del SOEM) se fue gestando en el último tiempo y se aceleró durante la semana por cuestiones judiciales. ¿Cuál fue? El explícito acompañamiento de ATE en la comisión de Legislación Social y del Trabajo a los empleados chacareros sobre los cuales pesa una elevación a juicio. 

Acercamiento concreto y charlas mediante concluyó en un entendimiento mutuo el pasado viernes, con la respectiva foto.

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El impacto de una medida de fuerza apuntará directamente al Gobierno local. Es que, según se mencionó puertas adentro, no supo manejarse con uno de los gremios que más afiliados del sector público tiene la provincia.

“Nos destrataron” fue la palabra que resonó en ATE la semana pasada. A la vez, evaluaron que el Gobierno tuvo un error de cálculo político por acordar -desde un tiempo hasta esta parte- con otro de los sindicatos que representa a los empleados públicos provinciales: la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).

Recientemente fue este sindicato el que anunció la reactivación de la cláusula gatillo pactado dentro de las paritarias para este año en curso, con un aumento estimado del 3 por ciento.   

Este hecho no cayó nada bien dentro de ATE. Es que, UPCN, más allá de anunciar el adelanto del pago previsto dentro de la cláusula, el estimativo del monto (aproximadamente unos 400 pesos) fue lo que terminó por ahondar el malestar dentro de una parte de los empleados públicos. 

Lógicamente, repercutió dentro de ATE. Las bases, con los ánimos caldeados por tan nimio cálculo de incremento salarial, llevaron a dos días seguidos de manifestaciones con el planteo de un bono de $2.000. 

Incluso antes y, de acuerdo a lo que pudo reconstruir este medio, ATE solicitó audiencia en tres oportunidades. Ninguna tuvo respuesta.

Esto también generó descontento puesto que en el medio sí hubo un encuentro entre el Gobierno con la Confederación General del Trabajo (CGT).   

El encuentro de la central obrera con el Ejecutivo fue interpretado como un gesto político, el cual no cayó muy bien. 

El resultado de esta concatenación de hechos será el endurecimiento de ATE para los que vienen, puesto que se une al SOEM y abre un flanco inesperado para la Gobernadora. De llevarlo al plano político, se beneficia y sin querer, al intendente de la Capital.