La grieta que provocó la política argentina, invariablemente, se extiende a las provincias. Así, todo se discute en un marco poco propicio para hacerlo. Es que cuando los interlocutores no se escuchan entre sí y no hay razonamiento de las partes, es probable que no haya conclusiones. Menos entendimientos. Priman entonces los fanatismos, las frases hechas, los preconceptos y la repetición de consignas que, desde distintos lugares, supieron crear los medios de comunicación. Puede ocurrir si la temática es la deuda externa, si la corrupción pertenece a un solo bando, si la inflación acelera o desacelera o si las obras fueron de este gobierno o del anterior. El fenómeno puede observarse en los paneles televisivos o entre los ciudadanos de esta Argentina agrietada hasta en los enclaves familiares.
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Elegimos, siguiendo una de las controversias, un tema que supimos abordar en discusiones intensas. Es la obra pública, rubro que cobró fuerza durante los mandatos de Lucía Corpacci y Brizuela del Moral, dos gobernantes que inclinaron sus prioridades en esa dirección para crear su base de sustentación política. Ambas administraciones recibieron el apoyo de los gobiernos kirchneristas. Primero fue el radical un gran cortador de cintas inaugurales y, complementariamente, hizo lo mismo y en mayor proporción Lucía Corpacci. Como todo esto está comprobado, quien pierde es la actual conducción nacional que, al menos en Catamarca, no tiene obras propias.
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Un reciente informe nacional publicado por El Esquiú.com (17-1-19), reforzando el aserto anterior, indica que en 2018 Catamarca fue la provincia que menos obra pública licitada recibió de la Nación. Apenas 478 millones, menos de la mitad de los dineros que marcharon a La Rioja o Jujuy. Y ni hablar de las macristas Buenos Aires y Capital Federal, que ocupan los primeros puestos en materia de inversión. Con estos datos no hay explicación ni Plan Belgrano que valga. La obra pública, con aporte nacional, le pertenece en Catamarca al denostado kirchnerismo. El dato, certero, sirve para poner algo de claridad en la grieta.
El Esquiú.com