Apuntes del Secretario

martes, 22 de enero de 2019 00:00
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El venidero domingo, si una resolución judicial no se interpone, en La Rioja se llevará a cabo la consulta popular para determinar si el actual gobernador, Sergio Casas, puede aspirar a un nuevo mandato. Como se sabe, la Constitución de la vecina provincia –distinta a la catamarqueña, que permite la reelección en forma indefinida por decisión peronista de 1988 y radical de 2016 al oponerse a reformarla- establece dos mandatos para la fórmula de gobernador y vice, lo cual le impide a Casas postularse en 2019. En ese sentido, hay que recordar que el primer mandato (2011-2015) lo cumplió como vicegobernador de Beder Herrera y el segundo (2015-2019), directamente, como gobernador. El problema radica en que la misma Constitución contiene la posibilidad del plebiscito para consultar a los ciudadanos si es que aceptan un tercer mandato de una misma persona. Si el 35% de los votos emitidos dice que sí, lo que es muy probable que ocurra porque en pleno enero se calcula que la cantidad de votantes será menor a lo habitual, automáticamente Casas quedará habilitado. Por este motivo es que las fuerzas opositoras, encabezadas por Cambiemos, hicieron una presentación ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, para su tratamiento, habilitó la feria y resolvería en las próximas horas.

Más allá de lo que resuelva el máximo tribunal de la Nación, el “desafío riojano” merece, por lo menos, un par de consideraciones. La primera es la gran incongruencia del texto constitucional que supieron armar los hermanos Menem, dueños virtuales de la provincia por varias décadas. Si bien (la Constitución) asegura que la permanencia máxima en el poder es de dos períodos consecutivos de cuatro años, se torna absolutamente relativa al existir un artículo complementario que permite una reelección “medio indefinida”. Lo que hizo Casas es políticamente reprochable, pero desde el punto de vista legal resulta ajustado. Desde la ética se lo puede castigar con dureza, toda vez que al proponerse y asumir en 2015 Casas juró que terminaba su mandato y marchaba a su casa o le entregaba al poder a un compañero suyo. Otra consideración inevitable para analizar el caso es la interna entre el joven mandatario y su mentor, Beder Herrera. Éste pensaba que dejaba un monigote en la gobernación y Casas, con su personalidad, impuso otras condiciones. Un clásico de la política argentina que se repite con asiduidad y que registra un antecedente famoso y exactamente igual: Duhalde ungió presidente a Néstor Kirchner y éste, en cuanto juró, tomó sus propias determinaciones y le dio la espalda al bonaerense.

Hablando de reelecciones, quien se encamina a establecer un récord provincial es Francisco Gordillo, el actual intendente de la Villa de Pomán. Electo en cinco oportunidades (1999-2003, 2003-2007, 2007-2011, 2011-2015 y 2015-2019), no descarta un sexto intento, para lo cual esgrime una metodología que parece ser la esencia misma de la democracia, aunque se contradiga con los elementales principios de alternancia que reclama la gente. Dice el amigo Gordillo “no soy yo el que lo decide”, a partir de lo cual indica: “Nosotros tenemos por norma, en Pomán, juntarnos todos los afiliados y simpatizantes del Frente para la Victoria, que no sólo son peronistas, y entre todos definimos los candidatos. No tenemos problemas políticos”. Sobre Gordillo hay que recordar que en 2011, cuando le prestó la intendencia al extinto concejal Miguel Ángel Sánchez por “un tiempito”, se convirtió en el primer ministro de Gobierno de Lucía Corpacci, quien estrenaba entonces los atributos de gobernadora. El único que supera al actual intendente en términos de permanencia en los cargos pomanenses es José Daniel Saadi, el médico que supo tener seis mandatos de senador (en uno de ellos, en 1991, el Frente Cívico le impidió asumir) y uno de diputado provincial.

La discusión por la pertenencia del sello Unidad Ciudadana, esa especie de patente que tiene la senadora Cristina Fernández de Kirchner, modificó los posicionamientos políticos de la diputada nacional Verónica Mercado, quien en defensa acérrima de la expresidente –votó en contra las leyes fundamentales de Macri- se alejó del redil provincial del Frente para la Victoria. De hecho, Unidad Ciudadana compitió en contra del armado provincial de Lucía Corpacci en 2017 y, de hecho, le restó cerca de 10.000 votos. Verónica militó en esa escisión y se mantuvo bien lejos de la Casa de Gobierno, a la que podría volver tras cerrarse un acuerdo por el que la agrupación ultrakirchnerista integrará en las próximas elecciones –sean en marzo u octubre- la alianza de Corpacci. Como estas cosas no son gratis ni graciosas, es posible que la actual legisladora –por petición de Cristina- se anote para la reelección nacional o, cuando menos, vuelva a la Legislatura provincial, donde supo estar entre los años 2005 y 2013. Su declaración “la única dueña de Unidad Ciudadana es Cristina Kirchner”, aun reafirmando sus convicciones, no es flor del aire.

Las malas noticias para los jubilados no se detienen. Aparte de haber resignado, en cifras cercanas al 25%, el poder adquisitivo de sus haberes (los aumentos de 2018 alcanzaron el 30% contra una inflación del 47 y moneda) y algunas concesiones que tenían para la adquisición de remedios sin cargo, durante el presente año podrían sufrir nuevos embates del gobierno que son ordenados por el Fondo Monetario Internacional, el organismo que pone el dinero para que Argentina no entre en cesación de pago. La reforma que provocó un escándalo monumental a fines de 2017, podría ser profundizada y las pálidas no sólo alcanzarían a los pasivos de la actualidad, sino también a los hombres y mujeres que están pensando jubilarse en los próximos tiempos. En ese sentido, en los últimos días, el FMI le volvió a reiterar al gobierno argentino que hay que aumentar en cinco años la edad jubilatoria como mecanismo para aliviar el déficit previsional. En términos prácticos, esto significa que las mujeres deberán remar laboralmente hasta los 65 años y lo varones hasta los 70. Anhelamos que los adultos mayores no sigan recibiendo sorpresas tan desagradables y que el país pueda equilibrar un sistema que supieron destruir los propios políticos. Ahora mismo, las autoridades toman dinero del llamado Fondo de Garantías para pagar deudas –internas y externas- o prestarle dinero a la provincia de María Eugenia Vidal, donde Cambiemos necesita “sí o sí” ganar la elección para poder asegurar la continuidad presidencial.

El sector de la construcción, vital para generar trabajo entre los segmentos poblacionales de menores recursos, es otro que sufre los embates de la crisis. Durante 2018 se produjo una desocupación muy importante, producto fundamentalmente de los recortes nacionales, lo que en las provincias menos potentes se siente más que en los gigantes urbanos, donde las alternativas son mayores y muy diferentes. La construcción de viviendas con fondos federales, por ejemplo, fueron el “caballito de batalla” del kirchnerismo para favorecer el empleo y hoy la realidad es completamente distinta. Por empezar, la cantidad de viviendas que se construirá con esos fondos, en 2019, será mucho menor a los tiempos en que el país tenía crecimiento económico y, por si esto fuera poco, no se financiará el ciento por ciento de cada unidad habitacional, sino el 70. Lo demás lo tendrá que poner la administración Corpacci. Sin embargo, el recorte tiene alguna compensación por parte del sector privado, donde hay muchos catamarqueños que son ricos (quien discuta los desniveles sociales de Catamarca vive en otra galaxia) y pueden llevar a cabo algunos emprendimientos por cuenta propia. Al menos en el Valle Central puede apreciarse que el parate no es tan dramático.

RECUERDOS. Como lo hacemos todos los martes, jueves y domingo, cerramos los “Apuntes” con el repaso de hechos trascendentes ocurridos hace 25 años.
El 30 de diciembre de 1993 se juraba en esta Capital la carta orgánica municipal que rige hasta nuestros días. En nombre de los ciudadanos capitalinos lo hizo el intendente de aquel momento, Eduardo Brizuela del Moral. A partir de ese momento, se disponía que en 60 días el municipio capitalino debía confeccionar la reglamentación general de lo que habían aprobado los convencionales municipales, que fueron elegidos por el voto popular. Eran 22 en total: 12 del Frente Cívico, nueve del Partido Justicialista y uno del Frente de Unidad Catamarca (FUC). Los nombres de los representantes oficialistas: Horacio Pernasseti, Guillermo Nazareno, Raúl Cipitelli, Edmundo Agüero, Joaquín Alejandro Narváez, Lino Campos, Aida Maldonado de Piccione, Mario Dardo Aguirre, Alberto Espeche, Héctor Julio Ruaro, Abel Filippin y Arturo Navarro. Los peronistas eran: Eduardo Pastoriza, Isaac Danon, Eduardo Oscar Gallo, Hilda Angélica García, Adolfo Walther, Jorge Moreno, Daniel Benedicto Ramón Lozada, Azucena Leiva Daza y Juan Gabriel Quinteros. El único convencional del FUC fue Walter Oviedo. 

A principios de 1994, mientras tanto, el menemismo daba a conocer la fecha de elecciones para elegir los constituyentes que iban a reformar la Constitución Nacional, cuya reforma había sido dispuesta por el voto del Congreso después del acuerdo que, bajo el nombre de “Pacto de Olivos”, suscribieron Carlos Menem y Raúl Ricardo Alfonsín. Aquella elección se iba a llevar a cabo el 10 de abril de 1994. 

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