La última campaña proselitista en que se puso en juego la Presidencia de la Nación, desarrollada en 2015 con Daniel Scioli y Mauricio Macri como principales contendientes, tuvo entre sus variados elementos un “protagonista” cuidadosamente fogoneado que posteriormente quedó en el olvido, porque apenas se difundió el escrutinio final del balotaje nadie volvió a mencionarlo. Se trata del fantasma del fraude, una herramienta siempre a mano de los perdedores de cualquier elección, ya sea en un centro vecinal, un gremio o un Estado democrático. Cuando los resultados no son los esperados y el margen que separa a vencedores y vencidos es escaso, con frecuencia surgen dudas sobre los conteos, los telegramas, la actuación de los fiscales y el sistema electoral todo.
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En 2015 fue la alianza Cambiemos la que instaló en todo el país la idea de que se iba a cometer un fraude en las urnas, y hasta se alentó un extenso debate sobre la urgencia de implementar otro método de votación. Denuncias originadas en Tucumán (donde finalmente se ratificó el triunfo de Juan Manzur como gobernador), fueron la mecha que encendieron un incontrolable reguero de pólvora para alertar a la Nación entera de que el fraude estaba ya orquestado: hasta Eduardo Brizuela del Moral lo mencionó en el debate de candidatos a gobernador que se realizó en Catamarca.
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Naturalmente, una vez que Cambiemos ganó la elección, la palabra fraude desapareció de la boca de los políticos y del discurso de los medios masivos y no hubo un solo dirigente macrista que encontrara motivo para poner en duda la legitimidad de la expresión ciudadana que los llevó a Casa Rosada. Ahora que se acerca otra elección presidencial, el fantasma comenzó a cobrar vida otra vez. Y quien lo transformó de rumor en declaración concreta fue el presidente del Partido Justicialista, José Luis Gioja. “Tengo miedo al fraude, porque los métodos que usa el gobierno no son solamente políticos. Por supuesto que son capaces. Han hecho cosas peores y un segundo mandato de Macri sería un padecimiento, más que complicado para Argentina. No me lo quiero ni imaginar”, sostuvo el sanjuanino. Una discusión que recién arranca y promete varios capítulos.