Apuntes del Secretario

domingo, 13 de octubre de 2019 00:45
domingo, 13 de octubre de 2019 00:45

Los domingos sin fútbol, como el de hoy, suelen ser aburridos para la mayoría de los argentinos. Es como si la pasión que levanta las palpitaciones se desvaneciera y nos dejara un vacío. En la fecha, por los niveles de atracción que acapara, el debate presidencial será el sucedáneo del más popular de los deportes. Aunque dentro de siete días haya otra compulsa televisiva entre los mismos actores, lo que se diga hoy, a partir de las 21 horas, puede ser el acto final de la campaña presidencial 2019. Es más. Muchos opinan, con razón, que será la última oportunidad para que Mauricio Macri remonte la brutal diferencia –más de 4 millones de votos- que le sacó Alberto Fernández en la primaria de agosto pasado. Si con el debate “no mueve el amperímetro”, su suerte estaría echada y el 27 de octubre se convertiría en un simple trámite de consagrar al exjefe de gabinete kirchnerista como el nuevo presidente de la Nación.

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El gran dilema, por si fuera poco, es cómo hace Macri (todo su equipo de campaña viene preparando el libreto para esta ocasión) para imponerse en un debate donde no solamente deberá resistir el ataque de Fernández, un candidato de estatura política indiscutida, sino que el resto de los contrincantes –Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert-, no olvidará de castigar a su gestión como una de las más pobres de la Argentina. Y si la definición general no alcanza, le recordarán las promesas que no cumplió y que no fueron pocas (pobreza, inflación, impuestos y fútbol gratis, entre tantas otras). En síntesis, el escenario de debate para el Jefe de Estado será de franca adversidad, pero no le queda otro momento para hacer comprender al pueblo argentino que el pasado, según su forma de apreciar las cosas, no debería volver. En esa dirección, sus cargos no abarcarán a la totalidad de los ocasionales adversarios, sino que apuntarán directamente a Fernández. Lo acusará de ser la pantalla de la corrupción, estar asociado a Venezuela y amparar a las mafias que asolan la Argentina, cuando no de títere de Cristina Fernández de Kirchner, la candidata a vicepresidente. Desde ya intuimos que los contragolpes no serán precisamente gentiles, lo que desde hace 48 horas despierta el interés de los connacionales. En definitiva: el lunes, en lugar de Boca o River, todos hablarán de esta especie de examen pre-elección.

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De acuerdo a cómo se perfilan los comicios, independiente de los cargos de gobernador, diputado nacional o intendente de la Capital en los que las PASO dejaron diferencias abismales, atrae lo que pueda pasar en dos de los principales departamentos de la provincia donde las diferencias son estrechas en la categoría intendente. Valle Viejo y Andalgalá. Según fuentes gubernamentales, que manejan información y algunas muestras de opinión pública, en territorio chacarero la cosa sería “palo y palo”. No por casualidad, la gobernadora y el candidato a gobernador, Raúl Jalil, estuvieron apuntalando a la docente Susana Zenteno, que va por la hazaña de quebrar electoralmente a Jalile, un luchador incansable que jamás se da por vencido. Detrás de la escena de paridad, los observadores observan especialmente cómo se mueve la interna peronista, que en las PASO fue brava y arrojó un resultado de sorpresa con Zenteno. Según revelan las fuentes del sector, si la unidad se mantiene, podría cambiar el signo político y, paralelamente, si se pierde ya se sabría a quién mirar y endilgar culpas. Entre la gente de Jalile, la idea es ”poner toda la carne en el asador” y, sin siquiera mencionar a Macri, tratar de captar parte del electorado teóricamente peronista.

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En Andalgalá, los términos de paridad que arrojó la primaria se mantendrían inalterables y nadie está seguro de lo que pueda ocurrir dentro de 14 días. Aquí también juegan las internas, ya que tanto radicales como peronistas tuvieron en agosto duras batallas y, al parecer, las heridas mayores no terminan de cicatrizar en las huestes que orienta Alejandro Páez. A propósito de éste último, dejando de lado a Raúl Jalil, es el único intendente de la provincia que no va por la reelección ya que, después de dos mandatos, se lo prohíbe la Carta Orgánica. Su salida, obviamente, podría influir en el resultado final. Hasta ahora consiguió mantener férreamente unido al radicalismo y desde 2011 juega de banca. Veremos si Eduardo Córdoba, su inesperado delfín, repite las performances de triunfo.

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Aparte de dejarle expedito el camino el camino a Armando Seco, quien será reelecto intendente de El Rodeo el venidero 27 de octubre, detrás de la renuncia del empresario Walter D’Agostini existen algunas historias. El hombre perdió la primaria y, aunque mínimas, tenía chances de remontar el resultado adverso. Sin embargo, habría preferido seguir el consejo del gran favorito para la gobernación, Raúl Jalil, y colaborar con un futuro gobierno. ¿Habrá sido así? El tiempo nos dará las respuestas. Mientras tanto, Seco agradece y ya prepara su plan de gobierno hasta diciembre de 2023.

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Circuló en las redes sociales una especie de memorándum que habría enviado el Secretario de Transportes de la Nación, Guillermo Dietrich, a los empleados viales. Se pondera allí el trabajo que se habría llevado cabo en las rutas argentinas durante los últimos cuatro años. Se alude al mejoramiento de 22.800 kilómetros de ruta, lo que posibilitó –según lo dice el escrito- “generar infraestructura de calidad para conectar mejor y cuidar a los argentinos” y “para que nunca más tengamos el corazón en la boca cada vez que un familiar sale a la ruta porque no sabemos si va a llegar bien”. Bonitas las expresiones, pero las grandes obras, como serían trazados importantes o las autopistas, no se ven o se ve solo una parte. Parte de lo hecho por Vialidad Nacional, además, se concentró en la provincia de Buenos Aires o Córdoba, mientras en el resto del país la obra pública vial brilló por su ausencia. En Catamarca, sin ir más lejos, se tardó meses en arreglar La Cébila y, en la obra, hasta hubo aportes compartidos con la provincia y la Municipalidad de la Capital. Al mismo tiempo, hay rutas como la 38, que claman por un repavimentación que nunca llega, o se mantiene amenazante la “curva de la muerte” de la ruta 157, entre Recreo y San Antonio de La Paz. En definitiva, está muy lindo el memo, pero no se ajusta a la verdad y se trata solamente de propaganda política que, con todo rigor, podría ser denunciada en los próximos tiempos como falsa. Aparte, incluye errores groseros de conocimiento, como indicar que la Cuesta de Zapata pertenece a La Rioja.

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En la semana que pasó, dentro de la campaña proselitista, visitó Catamarca el exárbitro internacional y actual diputado nacional por Córdoba, Héctor “La Coneja” Baldassi. Participó de varias reuniones con candidatos y militantes provinciales de “Juntos por el Cambio” y de sus declaraciones rescatamos una un tanto curiosa. Dijo que el estadio Bicentenario, en el que dirigió alguna vez, “era un orgullo para la provincia”. No sabemos en qué basa su ponderación cuando el coloso de cemento no se usa desde hace más de dos años por problemas de infraestructura que debe resolver la Justicia. Tampoco entendemos qué orgullo puede nacer de un estadio que, aun estando en condiciones, no tendría utilidad práctica porque el fútbol de Catamarca no observa desarrollo ni perspectiva como para poder usar ni la cuarta parte de su capacidad. Tratándose de Baldassi, que sigue de cerca el fútbol argentino, llama la atención que no sepa que Catamarca no figura ni en la cuarta categoría del escalafón nacional. De todas maneras, como el estadio costó una verdadera fortuna, lógicamente, habría que recuperarlo y mantenerlo, pero ante todo las autoridades deberán pensar cómo usarlo. Quizá Baldassi, antes de delatar su ignorancia sobre cómo funciona el deporte en una provincia chica como Catamarca, podría haber aconsejado a sus socios políticos sobre la eventual utilización de lo que llama “orgullo” y en verdad es un gigante dormido. No sigamos con la demagogia del estadio. Nunca fue una obra prioritaria.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, cerramos los “Apuntes” de este domingo con el repaso de acontecimientos de hace 25 años. En la primavera de 1994, lo repetimos una vez más, la discusión política pasaba por las negociaciones que el gobierno de Arnoldo Castillo llevaba adelante por la explotación del Bajo la Alumbrera. El punto más conflictivo, aparte de la discusión de un contrato cuya vigencia llega hasta nuestros días, pasaba por la salida del mineral. Había tres opciones: Tucumán, Recreo o el Paso de San Francisco. El ramillete de alternativas ya contradecía las conversaciones previas, por lo que no extrañó que el diputado Rodolfo Cecenarro prometiera “vamos a movilizar a todo el Oeste en defensa de nuestros derechos”. El intendente de Andalgalá de aquel momento, Amadeo Juan Olivera, respaldaba esa postura al indicar “es una estafa a la comunidad”. A todo esto, el primer mandatario de la época escapaba por la tangente indicando “yo no me meto”. Como se sabe, al final triunfó la salida por Tucumán, a través del Ferrocarril Mitre, lo que fue negocio redondo para la multimillonaria Amalita Lacroze de Fortabat. También el contrato que concibió el castillismo, en acuerdo con el menemismo, contenía disposiciones que influyen hasta el día de hoy en la negociación por Agua Rica.
 

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