Para la Universidad de Tucumán, que integra YMAD, el acuerdo le generó serias desavenencias entre los directores del organismo –Grau y Marchese- y el tribunal superior que preside el rector, José García.

El tema es que con Alumbrera, la casa de altos estudios tenía ganancias y con Agua Rica, por tratarse de un emprendimiento privado, no ocurrirá lo mismo. Esta situación llevó a los tucumanos a demorar el entendimiento y no estar presente en la sesión del 3 de octubre. 

Desde abril, cabe destacarlo, venían con pedidos de cuarto intermedio porque buscaban conseguir más ganancias que el mero alquiler del complejo Alumbrera que, lo mismo que a Catamarca y el gobierno nacional, les pertenece.

Lo que no podrá argüir la UNT, en momento alguno, es que el resto del directorio los sorprendió. La cosa es tal cual lo afirmó el presidente de YMAD: “Después del memorándum de entendimiento nadie en este directorio podrá decir que no sabía de lo que se trataba. Se ha aprobado la aceptación irrevocable de la oferta”. 

Una mala noticia, claramente, para las acciones de los tucumanos, que ganaron fortunas con el Bajo Alumbrera. Hoy, que las circunstancias son distintas –Agua Rica no es de YMAD- militan un reclamo absurdo.