33 de mano
Paro de colectivos: mienten los docentes
(“Hoy no voy a la escuela, para el transporte”, dicho por una maestra desde el celular en un auto de alta gama)
Por un reclamo salarial (¿por qué más habría de ser a esta altura de los acontecimientos?), el pasado viernes hubo paro de colectivos, medida de fuerza convocada por la UTA (que lo p…no, horario de protección al menor) por lo mismo de siempre: “esperamos a último momento y lo que promete la patronal no nos satisface”. Al otro día, sábado, los medios de comunicación informan sobre un alto acatamiento al paro y la dirigencia gremial (de aquí y de allá) presume porque el mismo fue “todo un éxito”. ¿Se puede considerar exitoso a algo que hizo tanto daño? ¿Alguien, desde el rincón más racional o desde el mismo sentido común, puede considerar un verdadero éxito a algo como un día perdido por la nada misma? Parece que fue ayer cuando María Elena Walsh escribió “El reino del revés” y la canción ya tiene medio siglo de vida. Es como cuando escuchamos decir: “Fue una desgracia con suerte”. Que uno sepa ninguna desgracia puede tener su costado de suerte, simplemente porque un hecho desgraciado es sinónimo de infortunio, accidente, contratiempo, desastre, infelicidad. Es como decirle a alguien: “Te felicito por la desgracia que tuviste”. Pero volviendo al paro de colectivos, la información sabatina consigna además que “la falta de transporte tuvo un alto impacto en las escuelas por la ausencia de los alumnos”. Una verdad a medias. Porque los que faltaron también fueron los maestros y los profesores, en un porcentaje cercano al 100%. Después de las 8 de la mañana, una profesora, manejando un auto de alta gama llamó desde su celular de casi 50 lucas a la escuela para comunicar que “hoy paran los colectivos, no voy a poder dar clase”. Ahí nomás, hizo otro llamado: “Juani? Tomemos un cafecito. Nos vemos en media hora en Caravati. Te paso a buscar en el auto”. No pudo cumplir con su responsabilidad primaria, por lo que sus alumnos perdieron un día de clase. En la escuela, su planilla a fin de mes está impecable. Ninguna falta. ¿Para qué milita en el partido gobernante, ah? La compañera/o no falla nunca en el área clave del Ministerio de Educación o en la propia escuela. Aquella vieja publicidad televisiva decía: ¡Lo que es tener un papito dentista!
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Viene a la memoria cuando a la gestión de Ramón Saadi le hicieron un paro docente cuya modalidad era una huelga de hambre. Y al mediodía llegaban a las carpas instaladas en Plaza 25 de Mayo grandes paquetes con sándwich y cajas de pizzas. Más y más mentiras. El pasado domingo, en la página 50 del diario Clarín hay un informe especial titulado “El caminante que vence todos los obstáculos”, para referirse a Axel Yamil Antúñez, un alumno de la Escuela Rural 196 (Misiones), que tiene 6 años y cada día camina 3 kilómetros para llegar a clase. Además, las maestras dicen que no falta casi nunca y que es muy buen alumno. ¡Así se hace, carajo! Axel cumple con el derecho de aprender allá en medios de las sierras misioneras, desafiando calores y el paisaje cubierto de escarcha en los inviernos. Aquí, entre nosotros, muchos –NO TODOS, por suerte- no cumplen con la obligación de enseñar. Mintiendo. Para colmo de males, parece que esto de mentir es contagioso. Porque hay alumnos que viven a escasos metros de la escuela y también faltan a clase…“porque hay paro de colectivos”. Saben que la maestra o el profesor no van a ir. Y sigue ganando la mentira. Allá por 1991, Ariel Ramírez (música) y Félix Luna (poesía) construyeron esa magnífica obra Mujeres Argentinas, que cantó la genial Mercedes Sosa. Cuando habla de Rosarito Vera Peñaloza, maestra por antonomasia, dice: “mujeres que libran diariamente la más hermosa de las batallas, tiza en ristre, frente al misterio del pizarrón”. Hoy, en cambio, se miente descaradamente. Como en el mal llamado “debate presidencial”, del pasado domingo. ¡Qué manera de mentir! En especial los dos principales protagonistas. En un aula cualquiera, la maestra les hubiera dicho: “Ustedes, alumnos Alberto y Mauricio se quedan sin recreo. Por mentirosos”. Dos verdaderos titanes de la mentira. ¡Dios te libre y te salve Argentina! En el nombre del Padre…