Apuntes del Secretario

domingo, 20 de octubre de 2019 00:16
domingo, 20 de octubre de 2019 00:16

Los graves incidentes registrados en la ciudad de Belén, donde militantes capitalinos que realizaban pintadas y pegaban afiches fueron virtualmente apaleados por simpatizantes radicales, no pueden ser aceptados como un hecho aislado dentro de una campaña política que, hasta aquí, no había llegado a agresiones físicas como éstas que, por milagro (¡si, por milagro!), no terminaron en muerte. La gobernadora, que precisamente estaba llegando a la tierra de sus ancestros, repudió la agresión e instó a todos a mantener la calma y la tranquilidad. Lo mismo debió haber ocurrido con la conducción formal de “Juntos por el Cambio” y los candidatos departamentales, con Daniel “Telchi” Ríos a la cabeza. Olvidar que la violencia genera más violencia, en no pocas ocasiones, se sabe que es responsabilidad directa de la dirigencia política. “A quien le quepa el sayo, que se lo ponga”

A propósito de lo ocurrido en Belén, entre las autoridades provinciales de toda jurisdicción y nivel reina preocupación por lo que pudiere ocurrir el domingo 27 o en los días previos. En ese sentido, uno de los lugares que más genera temores es Valle Viejo, donde la lucha que sostienen por la intendencia Gustavo “El Gallo” Jalile y Susana Zenteno viene cobrando intensidad y el final parece abierto a cualquier resultado. Cada día que pasa se renuevan las agresiones verbales y el tono de campaña no es francamente favorable. En esta oportunidad, no participa la exintendente Natalia Soria (hoy diputada) que, como se sabe, tenía un duelo casi personal con Jalile. Sin embargo, lo repetimos, los ánimos están caldeados, por lo que sería bueno el refuerzo de la seguridad en tierra chacarera y en el resto de la provincia. Los hechos de Belén están indicando, con claridad, la necesidad de tomar precauciones.

Lucía Corpacci, adentrada de lleno en la campaña política, fue una de las grandes ausentes en el acto central del Día de la Lealtad llevado a cabo en Santa Rosa (La Pampa). La mandataria, como siempre clara en materia de prioridades, prefirió seguir recorriendo el interior profundo de Catamarca (Antofagasta de la Sierra, Belén, etc) antes que decir presente en la memoración nacional, a la que envió su adhesión en las figuras de Alberto Fernández y Cristina Fernández. En la última semana de proselitismo, que comenzó el viernes, Corpacci centrará sus acciones en el Valle Central y hará algunas escapadas a Paclín o algún otro punto del interior. En relación a la Capital, el sábado 12, cabe recordarlo, visitó el Paseo de Compras, pero antes revisó los trabajos que se llevan a cabo en las manzanas del viejo Servicio Penitenciario, donde se construye la plaza “Raúl Alfonsín”. Esa obra, de gran valor para la zona, podría ser el broche de oro de sus mandatos como gobernadora. Aparte de representar el homenaje que se merece una figura como Alfonsín que, a diez años de su paso a la eternidad, sin distinción de banderías políticas, se ha convertido en emblema de todos.

Después que YMAD cerró el acuerdo con las empresas propietarias del yacimiento Agua Rica, sorpresivamente surgieron opiniones que no dejan de llamar la atención. Nadie dijo, por ejemplo, que detrás del proyecto estuvo el presidente Macri, quien se reunió con las multinacionales y dio luz verde a la iniciativa. Posteriormente, se aludió a la ausencia de los directores de la Universidad de Tucumán –Gray y Marchese- en el cónclave donde se selló que las instalaciones de Alumbrera serán utilizadas en el futuro por Agua Rica. Al respecto, se dio a entender que los tucumanos fueron sorprendidos en su buena fe y el 3 de octubre, día del acuerdo, no fueron informados de la sesión del directorio. Se trata de mayúsculos dislates que, desde ya lo anunciamos, persiguen intereses económicos basados en la extorsión. Los directores de la casa de estudios, que firmaron el memorándum de entendimiento el 24 de abril de 2019 –la reunión de Macri con las empresas fue en marzo-, pidieron luego un cuarto intermedio para el que, mes a mes, requerían una prórroga. Después de largas dilaciones provocadas por la UNT, el directorio cortó el cuarto intermedio y trató el tema. Tanto lo sabían los directores ausentes que, no solo estaban en Buenos Aires, sino que al momento de la aprobación del convenio lo hacían en una oficina del organismo. Independiente de ello, por si quedaran dudas, deben conocer la ley de YMAD que, textualmente, dice lo siguiente: “Las resoluciones del directorio se tomarán por simple mayoría de votos. El presidente tendrá doble voto en caso de empate. El quórum para deliberar válidamente será de tres miembros. En ningún caso los miembros del directorio podrán negarse a emitir su voto, sin perjuicio de las reservas que estimasen del caso formular y de las excusaciones que correspondan por ley, de las que se dejará constancia en el libro de actas”. Más claro, imposible. Los “tucu-tucu” de la UNT saben perfectamente qué hicieron. Y qué dejaron de hacer.

Si faltaba un elemento para descubrir a quiénes son los factores de poder enemigos de la minería, solamente hace falta escuchar algunos audios o leer escritos donde “los catamarqueños que dicen defender a Catamarca” parecen acomodarse a los intereses de la Universidad de Tucumán, la que durante años se apoderó de las fortunas que surgieron de nuestros recursos naturales. De esta manera, a sabiendas, hablan de proyectos de otras épocas, de impactos ambientales ajenos al nuevo proyecto y de preocupaciones por lo que podría resolver el consejo superior de la UNT, cuando la única verdad es que los tucumanos pretenden algo que está más allá del arrendamiento de las instalaciones, donde ya son beneficiarios directos. Pero quieren más. Pretenden que Agua Rica acuerde las utilidades de la explotación con YMAD y no con Catamarca. Esto lo deberían saber todos los ciudadanos de la provincia y, especialmente, de las regiones mineras. Que nadie lo dude: sin hacer ni poner nada quieren seguir usufructuando el dinero que les corresponde a los catamarqueños. Y, como pinta, ya tienen quien les escriba. 

Enigmático mensaje de una enojada Ivana Flores, la concejala de Andalgalá –esposa del intendente Alejandro Páez- que perdió por números categóricos la primaria que sostuvo con José “El Mono” Cativa y Eduardo Córdoba, quien finalmente se quedó con la candidatura a intendente. Esto escribió en su cuenta de facebook: “Pseudos periodistas, a través de pseudos medios de comunicación, distorsionando la información. Utilizando luchas legítimas del pueblo, en pos de justificar su trabajo. Mercenarios, no tienen cara. No dieron nunca una solución a nadie. Pero se llenan la boca hablando. Dan asco! Descifrar cuáles son las broncas de esta dirigente es tarea complicada, pero queda claro que está molesta con el periodismo. Debería dejar de lado los misterios y precisar cuáles son sus puntos de vista y temas que la puedan molestar. Por allí se refiere a la minería, ya que en la campaña levantó las banderas de la antiminería y terminó tercera, lejos de sus dos contrincantes. ¿Será ese el motivo de su disgusto?

A propósito de Andalgalá, los informes que llegan desde “la Perla” indican que crece la incertidumbre en torno al resultado de octubre. Algunas divisiones dentro del radicalismo y los conflictos municipales –idas y vueltas por un aumento de salarios y la recategorización de los becados- podrían restarle chances a Eduardo Córdoba que, casi impotente, percibe el crecimiento del peronismo en base a la unidad. El jueves pasado, en la llamada costanera andalgalense, se congregaron para recordar el Día de la Lealtad y la verdad que terminaron realizando un acto como pocas veces se vio en los últimos tiempos. Los adeptos del aconquijense clan Gutiérrez se sumaron al mitin y ya estaría asegurada para el peronismo la banca senatorial. Por cierto, el dato más atractivo gira alrededor de la intendencia. Luchan por ella el radical Córdoba y el empresario peronista Miguel Morales, dispuesto a dar la sorpresa del próximo domingo.

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, insertamos en el último bloque de los “Apuntes” los acontecimientos del pasado.
En octubre de 1994, exactamente hace un cuarto de siglo, se realizaban las elecciones presidenciales en la República Federativa del Brasil. Se enfrentaban dos líderes de América que, con el tiempo, cobrarían un gran protagonismo: Fernando Enrique Cardozo y Luiz Ignácio Lula da Silva. Venció en aquella oportunidad Cardozo por diferencia mínima: 46% a 43%. Aquel resultado, aun en la derrota, abrió las puertas para que el Partido de los Trabajadores (PT), que conducía Lula, llegara a gobernar al gigante sudamericano. Eso iba a suceder una década después. Efectivamente. El 1 de enero de 2003, Lula juró como presidente de la Nación y produjo extraordinarias transformaciones sociales en Brasil hasta el 31 de diciembre de 2011, fecha en que lo reemplazó su amiga, Dilma Rousseff. El año pasado, cabe recordarlo, hubo nuevas elecciones en la vecina Nación y Lula no solo fue proscripto, sino que resultó encarcelado, sin prueba alguna, por supuestos cargos de corrupción. Todavía sigue en la cárcel de Curitiba y dijo que no la piensa abandonar hasta que la Justicia lo exima de toda responsabilidad. De hecho, no quiere la libertad bajo fianza o a través de algún recurso de apelación.

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