El mayor desafío de su vida

lunes, 28 de octubre de 2019 03:12
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Nacido el 2 de abril de 1959, Alberto Fernández llegará a la presidencia con 60 años, luego de una vasta carrera política y académica, que comenzó con su militancia peronista en la UES mientras cursaba sus estudios secundarios en el Colegio Mariano Moreno.


Vivió su infancia y adolescencia en Villa del Parque, barrio identificado con el club Argentinos Juniors, del que es hincha fanático.
En 1983, se recibió de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, misma casa de estudios donde dos años más tarde se estrenaría como docente al sumarse en la cátedra de Derecho Penal y Procesal Penal del ex procurador General de la Nación Esteban Righi.


Para entonces participaba en la vida interna del Partido Justicialista en la transición democrática y fue elegido presidente de la rama juvenil.


Eso no le impidió vincularse al Gobierno de Raúl Alfonsín, quien en 1985 lo designó subdirector General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía.


Durante el menemismo fue superintendente de Seguros de la Nación, cargo ejercido hasta 1995, unos meses antes de la renuncia de Domingo Cavallo, a quien acompañaría nuevamente en el 2000 en la candidatura del cordobés a jefe de Gobierno porteño, elección que perdiera con Aníbal Ibarra.


En 1996 se incorporó al gobierno bonaerense de Eduardo Duhalde, y fue tesorero de la campaña presidencial del lomense en 1999, cuando fue derrotado por Fernando de la Rúa.


A partir de entonces, Fernández volvió a vincularse con sectores progresistas del peronismo para cofundar el Grupo Calafate, el embrión de lo que años más tarde sería la plataforma política del proyecto presidencial de Néstor Kirchner.


Esa agrupación, en la que también revistaban personalidades relevantes como José Octavio Bordón, Cristina Kirchner, Esteban Rigui, Eduardo Valdés y Carlos Tomada, apoyó primero la candidatura presidencial de Duhalde del 2003, pero cuando éste último declinó sus aspiraciones, se encolumnó decididamente detrás del entonces gobernador santacruceño Kirchner.


La etapa más conocida de Fernández tiene que ver con su rol de jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, cuando su figura adquirió un papel preponderante como mano derecha del patagónico y hombre fuerte de aquel equipo de Gobierno que él mismo ayudó a conformar a comienzos del 2003, en los meses de transición antes de asumir el poder político. Su experiencia sucesiva posterior como jefe de Gabinete de Cristina Kirchner fue efímera, ya que las diferencias políticas se hicieron inocultables y precipitaron su salida forzada.


Muy crítico de los dos gobiernos de Cristina Kirchner, Fernández se acercó primero a Sergio Massa, de quien fue jefe de campaña presidencial en 2015, y luego a Florencio Randazzo, con quien cumplió la misma función en 2017.


En 2017, sus contactos con el kirchnerismo, especialmente con Máximo Kirchner y “Wado” de Pedro, se volvieron habituales, y esas charlas prepararon el terreno para su reencuentro con Cristina Kirchner, con quien pudo limar las asperezas del pasado.
Fernández afrontará a partir del 10 de diciembre el mayor desafío de su vida política, intentando -en sus propios términos- “poner de pie” al país “desde el pozo” al que lo sumergió el macrismo, pero al mismo tiempo administrando las tensiones internas que inevitablemente aflorarán entre los disímiles sectores que constituyen la base política que lo llevó al triunfo.

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