Apuntes del Secretario
A nivel nacional hay dudas sobre la continuidad de la alianza Cambiemos tal como fue concebida. Tres socios (PRO, UCR y Coalición Cívica) en alianza parlamentaria para asegurar la gobernabilidad de Mauricio Macri, o sea del PRO. Hoy todo ha cambiado y, desde el 10 de diciembre, cambiará más. No hay un solo boleto que asegure la continuidad. Mauricio quiere ser jefe de la oposición, pero los radicales le discutirán posiciones y ya preparan fuertes guadañazos en la línea de flotación. La Coalición Cívica, con Carrió en retirada, abre otro gran interrogante. Sus miembros en el Congreso podrían tener su propia carpa y la jefa está recontra acostumbrada a jugar con las sorpresas, mucho más si tienen que ver con la formación de nuevos espacios. ¿Y qué pasa con esta alianza en Catamarca? Algo parecido a la discusión nacional, pero en sentido contrario. Los PRO puros de estas tierras (Natalia Saseta, Enrique Cesarini, Carlos Molina, etc) podrían proclamar independencia del radicalismo y no seguir bancando las interminables controversias que genera la figura del senador Oscar Castillo. Sería una medida de coherencia, porque en la campaña los dirigentes amarillos –al igual que el diputado nacional electo Rubén Manzi- apoyaron sin retaceos a Macri, mientras los radicales buscaron esconderlo. Por allí viene la naciente fisura.
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A propósito de los radicales. Los números finales de la elección del 27 de octubre determinaron la peor elección de la historia, desde 1983 a esta parte, en la categoría diputados provinciales. Consagraron a sólo siete de ellos (Alejandro Páez, Natalia Saseta, Luis Lobo Vergara, Juana Fernández, Tiago Puente, Natalia Herrera y José “Chichi” Sosa), los que serán proclamados el 28 el de noviembre, en el Cine Teatro Catamarca, junto al resto de los electos. Para encontrar una cosecha tan magra como esta hay que remontarse a la década del ’80. El 6 de septiembre de 1987, la alianza UCR-Movilización cayó frente al peronismo (llevaba como candidato a gobernador al mítico Vicente Leónides Saadi) por cifras estrepitosas y, como ahora, consagró a siete diputados. Ellos fueron Carlos Guillermo Brunello, Martín Pastrana, Pedro Guillermo Villarroel, Pablo Doro, Ricardo Boggio, Carlos Colla y Julio César Rueda. El 14 de mayo de 1989, ligeramente, mejoraron la performance. Cinco radicales y tres representantes de Movilización (dejó la alianza y presentó boleta propia) llegaron a la Cámara baja. Augusto César Acuña, Gustavo Funes, Renato Gigantino, Carlos Bustamante y Balbino Nieto fueron los favorecidos de la UCR. Los “movilizadores” impusieron a Simón Hernández, Víctor Bollada y Raúl Da Prá.
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En la elección del 27 de octubre, aparte de los votos y los resultados finales, hay que anotar que hubo mucha plata en juego. No en vano, con el transcurrir de los días, aparecen denuncias de incentivaciones, traiciones y sobornos que, como se sabe, se materializan con dinero cantante y sonante. El gobierno local no se privó de nada en este sentido, pero el gobierno nacional no se le quedó atrás. Los comandos de campaña locales, aprovechando la necesidad de Macri de pelear voto por voto en todo el territorio, recibieron mucho dinero de la presidencia y, sin saber si lo emplearon correctamente, mejoraron el papelón de las PASO. El que seguro se llevó un fangote fue el consultor brasileño importado por Castillo para que aplicara la campaña de desprestigio y ataque a las honras ajenas que, por los números finales, no dio buenos resultados.
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Periódicamente resurge el enojo popular por el negocio de los cambios de pasajes por efectivo de parte de legisladores nacionales, un sistema que equivale a la consagración de los privilegios y mediante el cual senadores y diputados nacionales -durante años y años- incrementaron sus ganancias en cifras escandalosamente millonarias. En julio de este año se limitó este beneficio en el Senado nacional, luego de que se generara un tremendo malestar al trascender que cada integrante de la Cámara alta podía agregar un jugoso extra de casi 100.000 pesos a su ya generoso sueldo con el mencionado mecanismo. Pero esta anunciada decisión no impidió que se siguieran cambiando pasajes no utilizados por billetes, y en ese rubro se liquidaron casi 20 millones de pesos en el primer semestre de este año electoral. La cifra exacta, según reveló una investigación de Perfil fue de 19.750.860 de pesos que pagamos todos los argentinos.
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Cuando aún funcionaba el canje de pasajes, los senadores contaban con 20 tickets de avión y 20 terrestres por mes que podían usar... o cambiar por dinero. A su preferencia, podían canjear la totalidad de aéreos por $4.437 cada uno y sólo 10 pasajes de ómnibus, por un precio de 240 pesos cada uno. Entonces, cada funcionario podía canjear 30 pasajes por mes, sumando 91.140 a su sueldo bruto de $218.935. De enero a junio de 2019, en el Senado se canjearon 5.700 pasajes. De los cuales, 4.380 fueron aéreos y 1.320 terrestres. En la primera mitad del año, ocho senadores macristas, radicales, kirchneristas y peronistas canjearon todos los pasajes que tenían disponibles, es decir, 180 pasajes aéreos y terrestres por un total de 546.840 pesos. Ellos son, por orden alfabético, Marcelo Fuentes (FPV-Neuquén), Gladys González (PRO-Buenos Aires), Ada Iturrez (Frente Cívico por Santiago-Santiago Del Estero), Daniel Lovera (FPV-La Pampa), Juan Marino (PRO-La Pampa), Federico Pinedo (PRO-CABA), Carlos Reutemann (PRO-Santa Fé) y Adolfo Rodriguez Saa (PJ-San Luis). Todos los senadores fueron consultados por el Equipo de Investigación para este informe, pero ninguno quiso realizar declaraciones. Sin contar a Iturrez y a Rodríguez Saa, los seis senadores restantes mantuvieron el canje total que les permitió llevarse cerca de un millón de pesos en 2018. A pesar de la polémica generada entonces, Fuentes, González, Lovera, Marino, Pinedo y Reutemann siguieron canjeando pasajes en 2019 y hasta su finalización.
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No sólo los senadores nacionales pueden canjear sus pasajes sino que también pueden optar por ello las autoridades de la Cámara Alta y de los bloques. Sólo uno canjeó los 180 pasajes disponibles y también lo había hecho en 2018: Néstor Riguetti, prosecretario del bloque radical. Por debajo en el ranking, con 12 pasajes aéreos menos, le siguen Ángel Torres, autoridad de la casa y Lautaro Carignan, prosecretario de bloque, ambos por el PJ, que se alzaron con un total de $493.596. Cabe mencionar que del total de 72 senadores que integran el cuerpo legislativo, hay 23 que no canjearon ningún pasaje, entre quienes están Cristina Kirchner (FPV-Buenos Aires), Carlos Menem (PJ-La Rioja), Julio Cobos (UCR-Mendoza) y Claudio Poggi (PRO). Entre las autoridades, los únicos que no canjearon pasajes fueron Helio Rebot (PRO), secretario administrativo, la prosecretaria de interbloque federal Roxana Pizzini y la prosecretaria del bloque por el FPV, Virginia García. Otros optaron por canjear sólo los 120 pasajes aéreos, que son los de más valor: cada uno representa $4.437. Tal fue el caso de Fernando Pino Solanas (UNEN-CABA), (Eduardo Aguilar (PJ-Chaco), Miguel Mayans (FPV-Formosa) y Miguel Pichetto (FPV-Río Negro). Los últimos tres ya lo habían hecho el año anterior, llevándose más de un millón de pesos en doce meses. De enero a junio de 2019, estos senadores obtuvieron $532.440 cada uno. ¿Y los senadores catamarqueños? No aparecen entre los impolutos que no canjearon, ni entre los que se llevaron cifras asombrosas, pero ninguno se privó de los canjes. Inés Blas culminó primera en la imaginaria “tabla de posiciones” local, al embolsar por el trueque 328.338 pesos, seguida por los empatados Oscar Castillo y Dalmacio Mera, ambos con 266.220 pesos.
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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, incluimos en el final de los “Apuntes” los acontecimientos del pasado.
En noviembre de 1994 saltaba a las primeras páginas de los diarios el nombre de Edgardo Figueroa, alias “Tom Jones”, a quien se relacionaba con el tráfico de drogas. El hombre, acompañado de Joel Filippín, había sido detenido en un operativo conjunto que llevaron adelante la Policía provincial y el puesto caminero de El Portezuelo. Allí se había intentado detenerlos, pero ambos escaparon, a partir de lo cual se inició una gran persecución. Al ser detenidos, a 40 metros del lugar, fueron rescatados 40 gramos de cocaína de máxima pureza. Figueroa y Filippín fueron trasladados a dependencias policiales bajo un fuerte operativo, pero a los dos días el juez federal de la época, Adolfo Guzmán, ordenó su libertad “por falta de méritos”. En relación a esta situación, el entonces jefe de Drogas Peligrosas, José Omar Vivanco, indicaba “lo importante es que se haya retirado esa lacra antes de ser consumida”. Mientras tanto, el abogado Víctor Pinto decía lo suyo: “A Filippín le pusieron la droga”. Como quiera que haya sido aquel operativo, desde ese momento el nombre de “Tom Jones” estuvo permanentemente asociado al tráfico de estupefacientes.