Un fuerte (¿y definitivo?) quiebre se produjo en la causa del Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán, por el cual se llegó a acusar a la expresidenta Cristina Fernández de “traición a la Patria”. Se trata de un caso en verdad delicado, porque toma como punto de partida el atentado a la AMIA, pero sin dudas politizado al extremo, a tal punto que se pretendió involucrar a CFK con un salvaje ataque perpetrado dos décadas antes de que asumiera. Si el Memorándum fue un error o no, es tema para analizar, pero lo que en el camino parece haberse olvidado fue que no surgió por un decreto presidencial, sino que lo aprobaron por mayoría senadores y diputados en el Congreso de la Nación.

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La fiebre “anti K” que impulsa al oficialismo nacional llevó a exacerbar el tema, provocando incluso diferencias entre las distintas y prestigiosas instituciones que forman parte de la comunidad judía en el país, muchas de los cuales empezaron a tomar distancia de procedimientos y aseveraciones alentadas desde Casa Rosada. También entre los familiares de las víctimas del atentado hubo posturas encontradas: apoyos (18J y Memoria Activa) y críticas (APEMIA y otros familiares).

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Ahora los acontecimientos se tornaron más drásticos. La AMIA hizo pública una carta enviada a la DAIA para que no se avance con la acusación contra la ex presidenta Cristina Kirchner, surgida de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman. Esto significa que la comunidad judía está a punto de retirarse de la querella penal contra la expresidenta, el fallecido excanciller Héctor Timerman y otros miembros del gobierno anterior por la firma del Memorándum. Todo indica que las entidades judías quieren recuperar su identidad, despegándose paulatinamente de la enorme influencia de dirigentes comunitarios que se convirtieron en dirigentes del PRO. Este desplante de la AMIA ante la DAIA marca por ello un antes y un después: la AMIA, dominada por el sector judío ortodoxo, nunca fue querellante, pero su movida deja la causa por encubrimiento en el Memorándum sensiblemente debilitada.