33 de mano

miércoles, 20 de febrero de 2019 00:00
miércoles, 20 de febrero de 2019 00:00

Y mañana serán mayorcitos. Y estarán habilitados para votar. Y podrán elegir al concejal del barrio, entre otros aspirantes que presenta una boleta con dos o tres figuras conocidas y  una larga sábana de ilustres desconocidos, entre los que siempre se encuentra el privilegiado lote de los “eternos candidatos”, de esos que suelen padecer cierta indigestión, tirando a empachos, por exceso de consumir medias con olor a seudos líderes. No importa si son idóneos y trabajadores. Eso es lo de menos: interesa que sean funcionales a la codicia del oscuro mandamás. Volviendo al introito: esos que votarán mañana son, hoy por hoy, decenas y decenas de niños y adolescentes pobres y, que todos los días tienen la dura misión de peregrinar para encontrarse con un plato de comida o una taza con mate cocido. Con el pan nuestro de cada día, en definitiva. Son pobres con todo el peso de la maldita palabra sobre sus hombros. Compartimos días pasados un rato con María de los Ángeles Rivero, la dueña de casa donde funciona el comedor comunitario y merendero “Gauchito Gil”,  allá en el barrio 26 Viviendas Norte “Sol Hábitat”. A las 11 de la mañana, ya había niñas de 12 años aproximadamente, con pequeñas criaturas en brazos que suponemos serían sus hermanitos, esperando el turno para recibir esa esperada porción de alimento. Porción que a veces es generosa, otras en cambio es escasa e insuficiente porque hasta ahí nomás llegaron las posibilidades económicas de un puñado de madres que aportaron lo suyo para cocinar. El panorama es igual a otros comedores comunitarios que hemos visitado: pobreza y hambre por un lado. Dignidad y solidaridad por el otro. En el medio, un idéntico común denominador: nadie agradece la colaboración y/o del concejal del sector. A decir verdad, nadie habla de los ediles, capitalinos en este caso. No los tienen en cuenta directamente. Pero son los mismos ediles que, como va a ocurrir en este año electoral, van a visitar las casas de los pobres, que van a seguir teniendo hambre, para pedirles un voto. Y para prometerles muchas cosas. Bah, para mentirles una vez más. Si hay alguna excepción, pedimos las disculpas del caso.

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  En gran parte del año pasado hemos asistido a un show mediático en el sentido de que algún concejal capitalino tenía la intención de donar parte de su dieta, intención que ojalá se haya hecho realidad. Después, surgió la versión que todos los ediles querían donar parte de sus haberes, “jugosos” si comparamos con los que ganan otros sectores laborales. A la vista de la proliferación de comedores solidarios y merenderos, estaría bueno que todos los concejales resignen una porción de sus honorarios, se junte ese dinero y vaya a parar a estos centros de ayuda al prójimo que tanto están necesitando una mano amiga. Acción sin tanto protocolo, de eso se trata. Si este gesto se pone de manifiesto todos los meses, habrá un respiro de alivio a la pesada carga de luchar día a día para que un niño tenga su plato de comida. Por supuesto que los diputados y senadores podrían hacer lo propio: donando lo que ahorran en pagar los teléfonos mensualmente. La suma de cada uno de los aportes significaría una colaboración importante para estas instituciones vecinales. Seguramente en algo estamos de acuerdo: esto no significa la solución al problema. Lo ideal sería que todos esos chicos no se separen de la familia a la hora del almuerzo y tengan el pan diario en sus propios hogares. Pero para esto se necesita trabajo. Y trabajo no hay. Las políticas económicas y sociales del gobierno macrista tienen la crueldad pintada en el rostro de gente que la está pasando muy mal, que está sumida en la pobreza, no consigue un empleo y pasa hambre, literalmente. Las erráticas políticas del gobierno nacional tienen la triste postal de chicos que andan escarbando en la basura en busca de alimentos, como ocurre en el sector de nuestra ciudad. Ergo: si lo consiguen, comen basura. Señores de la política, aspirantes a concejales, diputados y senadores: este es el tiempo de ayudar a los comedores comunitarios hasta que llegue el bendito día que esos niños no tengan necesidad de salir a pedir pan porque ya lo tienen en la propia casa. Hoy son chicos, pero mañana van a votar. Sería penoso que en un futuro cercano vayan a pedirles votos si hoy no son capaces de darles una caricia. Vamos con fe: estamos seguros que algo se puede hacer por los pobres.
 

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Comentarios

20/2/2019 | 19:25
#149006
este viejo siempre hace una nota y despues hace el comentario de su nota jajajajajaja ahora tiene sensibilidad social... ya se olvido cuando andaba de payasito de los periodistas porteños y ladero de Oscar... que hiciste vos que tanto reclamas, además de brindar seguidito?
20/2/2019 | 05:13
#149005
En catamarca no gobierna macri hay una gobernadora ella es la responsable de la provincia del hambre meserieas k esiste se enrriquecieron todos los funcionarios y llenaron de comedores y merenderos ya k sus sueldos son de hambre agancen responsable dejen de hechar la culpa a la nacion psra quieren 4 años mas para cubrir a los funcionarios corruptos