Respetuosa de su relación institucional con el gobierno de Macri, la Gobernadora de Catamarca –tercera autoridad del Consejo Nacional Justicialista- hizo política durante el fin de semana. Participó del encuentro opositor que convocó el primer mandatario sanjuanino, Sergio Uñac, y proclamó sus ideas de unidad. Señaló en tierra cuyana, concretamente: “No podemos permitirnos ir separados”, en alusión a las presidenciales de octubre próximo. De regreso a Catamarca, reanudó sus actividades oficiales y, hacia el próximo fin de semana, estaría viajando al exterior para participar de un nuevo cónclave minero. De esta manera, al codearse con personajes tan disímiles como Miguel Lifschitz (gobernador del socialismo santafesino) o Juan Manuel Urtubey (gobernador de Salta y punta de lanza de Argentina Federal), conforme lo apunta el diario Perfil, la Gobernadora extiende su presencia a todos los sectores. Cabe recordar que, con motivo del lanzamiento nacional, hace 11 días, recibió en Casa de Gobierno a los representantes de Unidad Ciudadana, lo que permite afirmar que, entre política y gestión, la mandataria descansa poco por estas épocas.

El exdiputado provincial José “Chichi” Sosa, en los últimos meses, ha lanzado las ideas más fuertes dentro de la Unión Cívica Radical. Ya en la convención de fin de año, fue el que propuso que el candidato a gobernador de Cambiemos sea un radical “paladar negro” y, ahora, sostiene la idea de armar un frente opositor que incluya hasta peronistas para enfrentar a quien, según su visión, será la candidata excluyente del Frente para la Victoria: Lucía Corpacci. Dijo sobre la mandataria: “Muchas veces la subestimamos y creo que es más inteligente de lo que nosotros creemos. Nos viene ganando todas las elecciones, salvo la legislativa de 2013”. De esta forma, Sosa descartó la chance de que Raúl Jalil sea el candidato y comparó su situación a la que le tocó vivir a Ricardo Guzmán cuando terminó como vicegobernador de Eduardo Brizuela del Moral, quien en 2011 fue por su fallido tercer mandato.

Miguel Vázquez Sastre, el representante del Plan Belgrano en la provincia, ratificó su intención de disputar en octubre la intendencia de la Capital y reafirmó su alineamiento con el presidente de la Nación. Sobre esta situación, añadió que “hoy hay muchos que lo desconocen”, en referencia a posibles acomodaticios que siguen los opacos niveles de imagen que tiene Macri en Catamarca. La declaración surgió después que el PRO, con la precandidatura del “Colorado” Mac Allister, sufriera una durísima derrota en la Pampa. Sobre esta situación, lo repetimos, la imagen negativa del Jefe de Estado en nuestra provincia cayó abruptamente, quizá en un grado mayor que en otras provincias donde sus mandatarios, para no quedar pegados con la flaca performance presidencial, optaron por adelantar las elecciones. Son los casos de Jujuy, Mendoza y Corrientes, donde gobiernan los radicales. A pesar de estos presupuestos, en velada crítica a eventuales contrincantes dentro de Cambiemos, Vázquez Sastre ha ratificado su lealtad a Macri. Valorable, por cierto.

Siempre dijimos desde esta columna que el senador nacional Dalmacio Mera le debe todo, o casi todo, a los Kirchner y, por lo tanto, le resultará difícil negar una pertenencia política pasada de conveniencia y alejada de los más elementales principios de lealtad. Por cierto que tiene libertad para hacerlo y para responder como quiera pero, lo repetimos, será problemático para él volver a convencer al peronismo que, como un abrojo, suele marcar para siempre este tipo de conductas. Ha quedado demostrado en el reciente cruce de Twitter con Alberto Fernández, el exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Allí no sólo ratifica su alineamiento con su nuevo jefe, el salteño gobernador Juan Manuel Urtubey, sino también con el Grupo Clarín, hoy frontalmente enfrentado a todo lo que huela a kirchnerismo. En su primer ataque a Fernández, Mera puso en la red social: “Este @alferdez es el que rajó Cristina porque era de Clarín o es el nuevo Alberto que pasó del Frente Renovador al Frente Reconverso y milita ahora en ‘Clarín miente’ y dice que no hay que hacerle caso al FMI, o es un nuevo Alberto Fernández o al final fue siempre el mismo?” (sic). Más allá de los vicios de redacción, nos parece que llamarlo converso es como “escupir para arriba”. Ni lerdo ni perezoso, un viejo zorro como Fernández no tardó en devolverle un doblete. Primero puso en duda su condición de peronista: “Qué feo que digas ser peronista y que el FMI te señale que pareces uno de ellos. Les pasó a Urtubey y a sus asesores. Y no lo digo yo. Lo cuenta Clarín… en fin”. Después, directamente lo sobró: “No intentes ser vivo… no te sale y corrés el riesgo de salir mal parado. Yo no me colgué de Cristina para ser vicegobernador ni otra cosa. Y no me colgué de Macri para sobrevivir en la política. A mí no, nene”. Sobre la vicegobernación y “otra cosa” (la senaduría), lo afirmamos nosotros: sin Néstor y Cristina Kirchner jamás hubiera llegado a esas alturas.

En una entrega anterior de este Secretario apuntamos que el diputado Hugo Daniel Ávila había invitado a venir a Catamarca a presidenciables como Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey. Para el popular “Grillo”, la información o el comentario careció de precisión. Según lo dice, y no tenemos por qué descreer, “la invitación a que vengan a Catamarca fue a todos los precandidatos a presidente, incluida la compañera Cristina Fernández”. Cumplimos con el pedido de publicación del diputado.

Comienza a moverse más dinámicamente el tablero político. A la las múltiples precandidaturas a intendente de la Capital, en el interior también hay nombres y especulaciones. En Fray Mamerto Esquiú, ya se palpita el duelo Guillermo Ferreyra - Humberto Valdez; en Andalgalá los posibles reemplazantes de Alejandro Páez incluyen a José Cativa, Ivanna Flores y al peronista Miguel Gutiérrez, y ahora se suma Tinogasta, donde Horacio Sierralta lanzó el primer desafío (“no le tengo miedo”) contra Sebastián Nóblega. Queda clara la posición del tinogasteño, toda vez que el 10 de diciembre finaliza su mandato como diputado y parece intuir que no habrá reelecciones en la Cámara que integra. Por ello, resulta hasta lógico que intente seguir en política en su “pago chico”.

Aunque parezca mentira, hay dirigentes políticos de primer nivel que desconocen cuestiones administrativas casi elementales, como ser el origen del 15% que, durante 20 años, la Nación le descontó y, en un porcentaje menor, todavía le descuenta a Catamarca. El comentario surge de un cruce de apreciaciones que tuvieron la semana anterior nada menos que el ministro de Gobierno, Marcelo Rivera, y el intendente de Valle Viejo, Gustavo Roque Jalile. Este último alabó al gobierno nacional, en la gestión macrista, por haber devuelto el 15% a las provincias lo que, según su versión,  le permitía a Catamarca tener unos 4.200 millones en plazo fijo, a tiempo que habló de las penurias que viven los municipios. Hasta llegó a tratar a las provincias como “desagradecidas”. La respuesta de Rivera fue el ataque al intendente, pero sin poner claridad en la disputa. El 15% de descuento que la Nación utilizó desde 1995 a 2015 para atender el Fondo de Sustentabilidad del Anses y hasta el pago a jubilados nació por el pacto fiscal que firmó Arnoldo Castillo en 1994. Fue en ese entonces, a cambio de la entrega de la caja de jubilaciones a Cavallo, que Catamarca cedió el dinero. Por lo tanto, no hay nada que agradecerle a Mauricio Macri, que apenas cumple con un fallo de la Corte de Justicia y con un decreto de la expresidente que extendió el beneficio a todas las provincias y no sólo a Santa Fe, San Luis y Córdoba, las tres que se negaron al descuento. Lo de Rivera tendría algún atenuante: en los 90 no tenía figuración política. Lo de Jalile es más grave: cuando se firmó el Pacto Fiscal ya era intendente y debía saber que el 15% de descuento habilitado por la firma de Castillo iba a perjudicar al municipio que gobernaba.

RECUERDOS. Como todos los martes, jueves y domingos, insertamos en el bloque final de los Apuntes los acontecimientos del pasado cercano.
Paradojas de la política. El 26 de febrero de 1994, el entonces ministro de Gobierno, Guillermo Herrera, anunciaba la decisión de las autoridades de avanzar hacia una reforma constitucional. Explicaba, hace 25 años, que el texto del año 1988 ya estaba desactualizado y había que adaptarlo a los cambios que se venían ese mismo año en la Constitución Nacional. Añadía que, para conseguir el objetivo, se iba a convocar a un diálogo político a los partidos locales. Tal cosa no ocurrió y, después de la reforma de Santa Fe, nadie se acordó de la reforma local. Tampoco lo hizo el exministro de Gobierno. Nada es eso. Cuando ha pasado un cuarto de siglo, la UCR se sigue negando a producir cambios a lo que, en 1988, consideraba un mamarracho. ¡Parece que le gusta el mamarracho! No lo quiso cambiar cuando tenía mayoría y tampoco, en 2016, cuando le ofrecieron aportar los votos para alcanzar los 2/3.

El 15 de febrero de aquel mismo año, en dependencias del Colegio de Abogados de Catamarca, prestaban juramento tres nuevos profesionales del derecho. Ellos eran José Efraín Saadi, José María Fernández y René Acuña Castellanos. La toma del juramento estuvo a cargo del vicepresidente de los colegiados, el abogado local Ricardo Angelina, y de la secretaria Mónica Córdoba.

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